Francisco Hilario García Rivera falleció en Torreón, Coahuila, mientras practicaba el ciclismo de montaña. (Especial)
Para sus familiares, compañeros y amigos, Francisco Hilario García Rivera fue un hombre ejemplar. Dirigió una empresa extranjera en la región durante 10 años. Desde la construcción de la planta, estuvo al pie del cañón, sus compañeros lo recuerdan como una persona responsable, previsora y un gran líder.
Francisco Hilario García murió el pasado domingo 17 de abril en la Sierra de las Noas mientras practicaba el ciclismo de montaña.
Sus allegados dicen que nunca estaba enojado, su forma de resolver las cosas era con buen trato y una sonrisa para quien sea, trabajadores, amigos o familiares.
Siempre tomó nuevos retos, tanto en educación como en el deporte. Todo esto lo llevó a ser responsable y eficiente; cada una de las actividades que realizaba las hacía con el respaldo que da el conocimiento.
El grupo Alicantes MTB asegura que "Pakito" representaba "el espíritu Alicante", el cual se basa en compañerismo, compromiso y lealtad a un ideal. Reconoce su disciplina y entrega en el ciclismo, lo que logró reflejar en muchos triunfos, así como en su comportamiento impecable dentro y fuera de las veredas.
Para sus integrantes fue un verdadero profesional, "pero sobre todo, un ejemplo de lo que es ser una persona de bien. Orgullosamente Alicante y amigo por siempre".
Quienes lo conocieron, lo describen como un hombre capaz, responsable y recto. Aseguran que era una persona muy consciente y que no incurriría en ninguna negligencia en el ejercicio de su deporte, ni en ningún otro aspecto de su vida. Siempre fue precavido, prudente y se mantenía alerta.
Su muerte la consideran como un lamentable accidente, debido a la falta de señalamiento adecuado en la modificación de la ruta por la cual circulaba, y esperan que sirva como una lección para que jamás se repita un suceso similar.
Para su hijo Daniel, Francisco fue una gran influencia en todos los aspectos.
"Recuerdo cuando me explicabas sobre la armonía del basquetbol, como todos los movimientos debían ser fluidos y naturales. Me hablabas de lo observador que eras para poder imitar de la mejor manera a tus ídolos en el deporte", dice.
"A mí me tocó copiarte a ti. Sin darme cuenta adopté tu ecuanimidad, la paz mental con la que enfrentabas cualquier situación. Ahora me doy cuenta que esto te daba una lucidez auténtica que armonizaba tu vida, dándole fluidez y sencillez. Te hacía asertivo y muy alegre. Te permitía tener un bello balance en todo lo que emprendías, con tu familia, con tus amigos y compañeros de trabajo".
Daniel resalta los retos que ambos compartieron a través del deporte y todo el aprendizaje que surgió a partir de eso.
"Fuiste una influencia muy positiva y determinante para mí. Te admiraré por siempre".
Su esposa, Corina Murillo, le dedica unas últimas palabras: "Ha sido un privilegio ser tu compañera de vida, juntos logramos hacer realidad mi sueño de infancia de formar una familia hermosa. Nuestros hijos y yo nos sentimos muy orgullosos de ti. Gracias por todo".
Toda la familia de Francisco, su esposa, Corina Murillo; sus hijos Daniel y Andrea; su madre, Tere Rivera; y sus hermanos agradecen las palabras de aliento y los abrazos recibidos desde su acaecimiento.
"Cada muestra de cariño, significan mucho para nosotros en medio de este inmenso dolor. Gracias por compartir sus anécdotas y sus sentimientos hacia él, que tanto nos han reconfortado y nos confirman su gran calidad de ser humano. Tengan la certeza de que Francisco se fue en paz, plenamente realizado y feliz".
