Matcha
Al entrar al cuarto tradicional japonés del hotel de bambú que nos acogía en la antigua ciudad de Kioto, lo primero que vimos Pablo, mi esposo, y tu servidora, fue una mesita cerca del suelo con dos cojines para sentarnos en cuclillas. Sobre la mesa se encontraban dos vasijas de barro con un líquido caliente de tono verde oscuro y espumoso. "¿Qué será?", nos preguntamos. La geisha que nos acompañaba nos indicó a señas que era una bebida de bienvenida y pronunció su nombre: “matcha”. Nunca la habíamos probado.
En aquella ocasión que visitamos Japón regresamos cargados de pequeñas latas con el valioso polvo verde que sirve como base para la preparación de este brebaje. La guía nos platicó sobre la enorme importancia que ha tenido en la cultura japonesa desde alrededor del año 1500 d. C., en especial por el uso en las ceremonias en las que tiene origen su elaboración.
Además, conocimos las vasijas wabi-sabi en las que se toma, apreciadas por estar hechas a mano y por su acabado imperfecto, el cual les da un valor único; así como las escobetitas especiales de bambú llamadas chasen con que se agita el matcha hasta que sale espuma. “Darme un tiempo para mí a media mañana para beber una taza de matcha me llena de energía y de gusto”, nos comentó la guía.
Hoy quiero compartir contigo las bondades de esta bebida que poco a poco ha ocupado un lugar entre nuestras preferencias y que ha provocado que muchas personas sustituyan el café por dicho polvito verde.
Los beneficios de consumir té verde a diario no son noticia. Sabemos que posee antioxidantes y que ayuda a prevenir padecimientos cardíacos, entre muchos otros. Bueno, pues resulta que el matcha, al ser la hoja molida de la planta del té verde, tiene aún más propiedades benéficas que aquel, además de que sabe rico.
Para preparar el té regular se sumergen las hojas o la bolsita por un minuto dentro de una taza de agua caliente, para luego desecharlas. Con el matcha, te tomas las hojas mismas pulverizadas muy finamente, por lo que tiene un sabor un poco más a 'pasto' o herbal y es ligeramente más 'amargo'.
Propiedades del matcha
Una taza de matcha, preparada con media cucharadita de polvo, contiene alrededor de 35 miligramos de cafeína, ligeramente más de lo que encuentras en una taza de verde normal.
Como sabemos, el té verde contiene antioxidantes que nos protegen de los daños de los radicales libres. Pues bien, una taza de matcha contiene el equivalente a tres tazas de té verde y tanto como 137 veces más antioxidantes del preparado con bolsita (que suelen ser de no muy buena calidad). De hecho, encuentras 15 veces más antioxidantes de los que contienen las famosas moras azules y la granada roja.
Los estudios muestran que el matcha contiene proteínas y es una excelente fuente de vitamina C y A, fibra y hierro. También nos ayuda a combatir bacterias, virus y hongos, así como hepatitis B y Candida albicans.
El matcha también contiene cantidades altas de catequinas, tales como el famoso EGCG (galato de epigalocatequina) que ha demostrado combatir la inflamación, ayudar a la salud de las arterias y reparación de las células.
Al igual que el té verde, el matcha puede calmar y relajar, al mismo tiempo que incrementa la atención y nos da una sensación de bienestar.
Asimismo aumenta la tasa metabólica, lo que ayuda a la quema de grasas y a bajar de peso.
Lo puedes preparar frío o caliente, con agua o con leche de almendras o de coco, con un poco de Stevia o sin azúcar. Considero que el matcha tiene un sabor particular, al cual nos acostumbramos una vez 'aprendido', para gozar de sus grandes beneficios. Si bien es un poco más caro que el té verde, bien vale gastar un poquito más.