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Punta Nizuc

SERGIO AGUAYO

Es normal que el Partido Verde y sus miembros en el gobierno agredan al ambiente. Es incomprensible la pasividad, resignación y crítica ligera de los ambientalistas auténticos. Punta Nizuc, Quintana Roo, es paradigmático.

Quintana Roo ha sido un paraíso de corrupción urbanística. En 2004 grabaron a Jorge Emilio González Martínez, el Niño Verde, negociando sus honorarios para cambiar el uso de suelo de un predio en la playa. En el regateo jamás se preocupa por manglares o especies protegidas; su único interés estaba en saber "¿cuánto dinero nos va a tocar?" (le ofrecieron dos millones de dólares). Hubo escándalo cuando se difundió la grabación, pero doce años después sigue en la cúspide porque los Lorenzos Córdovas de este país siempre encuentran la teoría adecuada, la frase precisa, para dejar en paz a los corruptos.

El saqueo de la Riviera Maya está documentado. Una cronista ha sido Adriana Varillas, periodista honesta, comprometida y profesional que actualmente es corresponsal de El Universal. Tiene más de una década estudiando los métodos del Grupo Riu, españoles que se han labrado un nicho en el competido "Salón de los Depredadores". En 2002 construyeron su primer hotel (Riu Cancún) y contaminaron el mar con cemento, entre otras barbaridades. Luego vino el Riu Palace Las Américas que violó las dimensiones y densidad autorizadas. En la actualidad ya tienen cuatro hoteles en Cancún y seis en la Riviera Maya.

En noviembre de 2014 el Grupo Riu empezó a negociar los permisos para un hotel en Punta Nizuc. Varillas documentó las agresiones al ambiente y a las normas. El asunto creció porque intervino jurídicamente el Centro Mexicano de Derecho Ambiental A.C. (CEMDA) y otros miembros de la comunidad. Ante el escándalo, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) -en manos de los Verdes- dio marcha atrás en marzo de 2015.

Punta Nizuc desapareció de las noticias cuando la defensa del ambiente se hizo prioritaria para la humanidad. En 2015 el papa Francisco sacó la encíclica Laudato si' y en diciembre se realizó en París una conferencia mundial sobre el clima (COP21). Enrique Peña Nieto fue a esa cumbre para informar que México asumía "su responsabilidad global" e hizo promesas para demostrar su amor al medio ambiente. Días después, un joven funcionario del Partido Verde vació de contenido sus palabras. El 18 de diciembre de 2015 el titular de la Sermarnat, un empresario reconvertido en Verde, Rafael Pacchiano Alamán, le regaló al Grupo Riu la autorización para construir el hotel en Punta Nizuc. Estos españoles encontraron la fórmula para convencer a quienes gobiernan México.

CEMDA, dirigida por Gustavo Alanís Ortega, tiene una oficina en Cancún dirigida por Alejandra Serrano, una abogada eficaz que ha litigado contra el Grupo Riu por el caso de Punta Nizuc. Me resulta de una timidez absurda que CEMDA no informe en su página sobre el trabajo que hace para frenar al Grupo Riu que, por cierto, debería ser boletinado como depredador por los ambientalistas. CEMDA tampoco hace una revisión crítica de las andanzas de los Verdes. No es la única organización ambientalista que pelea con pasión los casos pero se desentiende de las estructuras que los hacen posible. Esta actitud ha facilitado que este partido colonice a las principales instituciones oficiales siguiendo el patrón establecido por Elba Esther Gordillo con la estructura educativa.

Intercambié ideas con un especialista de El Colegio de México, José Luis Lezama, quien me confirma que "el movimiento ambientalista mexicano carece de una crítica profunda y comprensiva al papel del Partido Verde en México. Una que incluya y distinga a la vez su papel como simulador y que desprestigia la causa verde como parte del engranaje de la corrupción del Estado mexicano. Hay comentarios y cíticas aisladas a situaciones concretas, pero nada de fondo. En Punta Nizuc, en la Riviera Maya y en todos los sitios turísticos hay que seguirle la pista al dinero y al poder".

La viabilidad ambiental del planeta está en riesgo y el tema ya es una de las prioridades de la humanidad. México difícilmente asumirá su papel y cumplirá con sus obligaciones mientras tenga un Partido Verde de simuladores que dominan la política pública. En esas circunstancias, la resignación de los ambientalistas auténticos se convierte en complicidad.

Comentarios: www.sergioaguayo.org

Colaboró Maura Álvarez Roldán.

Agradezco las sugerencias de Alberto Serdán Rosales y Pricila Sosa Ferreira de la Universidad del Caribe.

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