Gael Sandoval debutó con Santos Laguna en Primera División. (Archivo)
Gael Sandoval es la muestra de los pocos jugadores de Fuerzas Básicas que llegan a debutar en Primera División. El oriundo de Guadalajara vivió un momento emotivo, de esos que nunca se olvidan para cualquier joven que hacen su sueño realidad.
Al recibir el llamado de Luis Zubeldía de despojarse de su casaca de calentamiento para entrar al campo por Bryan Rabello, su emoción lo invadió, fue un sentimiento que siempre llevará en el corazón.
“Estoy muy contento, tengo que aprovechar esta oportunidad nueva, hay que sumar con el equipo, es lo importante”.
Sandoval llegó a entrenar con Francesco Totti en Roma, pasó ligas inferiores con Juárez FC y en un principio se sintió frustrado y acabado, sin embargo, decidió comprometerse con el equipo fronterizo para dar el salto a cumplir un sueño, el cual ya lo logró y ahora tiene la misión de mejorar cada vez que entra al campo para marcar diferencia.
“Estoy cómodo, ya no es simplemente entrar, ahora tengo que generar y hacer las cosas diferentes. Me sentí muy bien, pero me faltó diferencia y ser un poco revulsivo, hacer más cosas cómo un gol. Son jugadas a las que me quiero acostumbrar”, explica.
El éxito por fin le llegó a Sandoval y quiere seguir demostrándolo. Con burles y gambetas a los rivales, quiere ayudar al grupo de jugadores que lo han recibido con los brazos abiertos “Es un grupo excepcional, me asenté muy bien”, finalizó.
UN EMPATE ‘JUSTO’
A diferencia de Sandoval, Jesús Molina vivió un momento complicado a la hora del partido. Entre el calor y la poca conexión entre sus compañeros, generó poco asentamiento que no hizo caminar del todo a Santos Laguna contra Tigres.
“Es lo primero que se debe priorizar, no nos dejaban hacer pases entre líneas. A pesar de ello, fue un partido justo donde el resultado fue justo”, dice. El medirse contra el equipo que tiene la nómina más cara del futbol mexicano pone a prueba el accionar de Santos para exigir a tope el rendimiento que pueden dar.
“Jugar contra equipos como Tigres nos damos cuenta de las circunstancias; tenemos que aprender de los errores y preparar el juego contra Veracruz”, dice.
Aparte de la exigencia que provocan los felinos, el clima fue un factor para no desarrollarse cómodamente.
“La realidad es que cambia estar jugando a casi 35 grados. Había calambres y cosas de esas, pero hay normal. El jugador profesional tiene que estar acostumbrado”, finalizó.
