Termina ayuno en el estadio Corona

Domingo de futbol en la Comarca Lagunera, el presentimiento de los aficionados era de que "esta es la vencida", "hoy sí ganan los Guerreros", ante un León que parecía no rugir mucho, en un estadio Corona ávido de festejar un triunfo albiverde.

Poco a poco llegó la familia lagunera al "Templo del Desierto", algunos armados con impermeables, otros prevenidos con su paraguas, pero la gran mayoría confiando en que el sol que reinaba sobre el TSM antes de comenzar el encuentro. La fidelidad del aficionado es a toda prueba, con el equipo en el fondo de la tabla, enfrentando a un rival igualmente hundido en la general, los laguneros realizaron una buena entrada en las gradas, dispuestos a apoyar a los muchachos del "Chepo de la Torre" en su estreno en casa.

Antes del silbatazo inicial, un minuto de aplausos en memoria del gran "Divo de Juárez", Juan Gabriel partió del mundo terrenal apenas unas horas antes y causó consternación en el pueblo mexicano, el futbol no fue la excepción. Pero ese fue el aplauso más sonoro de la primera parte del juego, flojito en el inicio y durante los 45 minutos iniciales, escaso de emociones salvo una jugada personal de "Cabecita" Rodríguez, el esforzado uruguayo que no se guarda ni una gota de sudor.

Entre abucheos se fueron los albiverdes al vestidor, desesperada la afición ante las pocas soluciones que les ofrecen sus jugadores para olvidarse al menos por un momento de los baches e inundaciones que son el tema actual en Torreón. Iniciando el complemento, la esperanza renacía con una expulsión visitante, un remate al travesaño, Djaniny y Bravo a la cancha, toda "la carne al asador" y los aficionados, incluido Marchesín que tuvo escaso trabajo, comenzaron la cacería del León, acechando a la fiera para hacerse de la ansiada recompensa.

Otra expulsión para los de Guanajuato y la mesa servida para la victoria albiverde: entonces sucedió, tras una jugada atropellada, el balón cayó a la pierna derecha de Rodríguez, quien descargó su furia sobre la número 5 y estremeció las redes y a los aficionados que quedaban en la parte baja del estadio, pues ya la lluvia era intensa sobre el Corona. Festejando al estilo británico, al deslizarse sobre el césped, nunca la lluvia puso un mejor marco al "Templo del Desierto".

No desapareció el nerviosismo, quedaban algunos minutos y en el futbol hay que esperar el silbatazo final, cuando Chacón se animó a culminar el encuentro, por fin respiró la afición lagunera ese aroma inigualable, el de la victoria. Cuatro meses después de su más reciente triunfo, Santos volvió a ganar un partido oficial, no importa si fue contra 8 adversarios, no importa el marcador, los Guerreros necesitaban ganar y lo lograron, esperando desde aquí escribir una nueva historia.