En el año de 1981, en Nueva York, Estados Unidos, la desaparición de un niño que posteriormente fue declarado muerto conmocionó al país norteamericano y al mundo.
Un año después, el Presidente de esa nación, instituyó el día nacional de los niños desaparecidos, en memoria del pequeño.
Para el año 1986, países como Canadá, México y otras naciones europeas se unieron a la conmemoración y la instituyeron también en sus estados con la misma fecha como el Día Internacional de los Niños Desaparecidos.
El día tiene como objetivo hacer eco entre las naciones sobre la escalofriante cifra de niños que desaparecen, que se eleva a 70 mil niños por año, y tratar de fomentar una cultura de respeto a los infantes así como coadyuvar en la localización de aquellos que ya son víctimas, particularmente en casos en que no son reportados a las autoridades.