Pocas veces sonreía el Cavernario, aquí lo hace flanqueado por Atlantis y Blue Panther. (Especial)
En una nueva entrega de nuestros jueves Sensacional de Luchas, presentamos a un gladiador que lleva la rudeza en la sangre, a tal grado que algún día esa fiereza lo hizo terminar en la cárcel, se trata de Cavernario Galindo Junior, lagunero que heredó uno de los personajes emblemáticos del pancracio mexicano.
Gerardo Marentes Durán se inició en la lucha libre durante los primeros años de la década de 1980, Héctor López fue su primer maestro, para perfeccionarse con Juan Flores "La Sombra" y el Halcón Suriano, según recuerda, debió entrenar alrededor de 4 años para lograr subir al cuadrilátero como gladiador profesional.
Con un carácter explosivo e iracundo, fue sobre el ring el lugar donde Gerardo encontró el depósito para canalizar sus emociones, entrenando fuerte hasta llegar a una función profesional, debutando increíblemente como técnico: "debuté en el auditorio municipal como técnico y con el nombre de Latino, ése fue mi primer nombre, de hecho ahí anda un chavo como Latino Junior, al que le di el nombre, debuté bajo el mando de don Gonzalo Gómez, que en paz descanse", recuerda.
Su trayectoria como técnico, duró tan poco tiempo como su identidad oculta: "apenas un mes después de debutar, faltó un rudo a la lucha estelar y me subieron ahí, con tan mala suerte que me desenmascararon, pero bajando de inmediato me dijo el promotor que me iba a cambiar al bando de los rudos y sin máscaras, es ahí donde me sentí muy bien porque soy rudo cien por ciento natural, yo no me detenía ante nada ni ante nadie, no respetaba jerarquías, no me daba miedo nadie", describió.
La oportunidad de su vida le llegó al conocer al chihuahuense Rodolfo Galindo, creador del personaje del "Cavernario Galindo" que hizo historia en el deporte mexicano por sus excentricidades sobre el ring y su capacidad atlética: "estábamos en Monterrey bajo las órdenes del señor Carlos Elizondo, llegó Rodolfo Galindo Ramírez y el señor Elizondo le propuso que alguien le diera continuidad a su nombre, nos pusieron a varios luchadores y yo tuve la fortuna de ser elegido, al señor le llenó mi manera de luchar y estuvo de acuerdo en heredarme el nombre, incluso debuté con él en una gira donde luchamos juntos", afirma.
Sus inicios con el emblemático nombre no fueron fáciles, pero gracias a su arrojo y su preparación supo sacar adelante al personaje, recordando grandes batallas sobre el cuadrilátero: "yo siempre me entregaba al máximo, pero hubo una lucha que marcó e hizo estragos en mí, cuando me tocó alternar con el señor Rubén Juárez en Monterrey, me dio una cátedra y nada más le faltó darme nalgadas, yo tenía un carácter muy fuerte y ya en el vestidor se la hice de bronca, aunque me dijeron los colegas "lagunero, te acaban de hacer la prueba y la pasaste con diez", por ese detalle me hicieron la vida imposible el resto de los luchadores regios, tuve que abrirme camino a punta de fregazos, no fue fácil, pero lo logré", comentó.
Muchas luchas de apuestas ganó el Cavernario Galindo Junior, pero siempre su mayor trofeo fueron los aplausos de los aficionados, dar un mayor espectáculo era lo que le daba una verdadera satisfacción, algo que no ve mucho en las nuevas generaciones: "se ha perdido la esencia de la lucha, no lo digo por crítica, respeto el trabajo de cada quien y estoy seguro que hacen su mayor esfuerzo, pero antes los rudos nos subíamos a trabajar y así ganarnos el aplauso, hoy veo que los rudos se suben a mentarle la madre a la gente, yo admiré a rudos odiosos como Gran Markus, quien sólo con voltear a ver a la gente era odioso y ésa es la esencia de los rudos y de la lucha en sí, debemos rescatar eso", aseguró.
Llegó a alternar con las más grandes estrellas del pancracio nacional, Atlantis, Mil Máscaras, Blue Panther, Fuerza Guerrera, Rayo de Jalisco, Olímpico, Octagón, Máscara Sagrada, Felino, Blue Demon Junior, Hijo del Santo, Zumbido, Jerry Estrada, con ésos y muchos más nombres llegó a compartir cartelera, siempre trabajando como independiente.
En su experiencia, considera que La Laguna es cuna de grandes luchadores: "no nada más en los tiempos recientes, desde que tengo conocimiento siempre La Laguna se ha distinguido por ser un semillero de buenos luchadores, en la actualidad casi el ochenta por ciento de los que luchan en la Ciudad de México son de aquí de La Laguna. Eso se debe a que los muchachos de aquí conservan las bases de la lucha libre, saben llaves, candados, lucha a ras de lona, claro que lo combinan con vuelos, pero tienen las bases, la esencia y ésa es la clave", describió.
Con 10 años de haberse retirado, Cavernario Galindo Junior dice amar la lucha libre y es por ello que espera que siempre crezca y se dignifique: "hay muchachos nuevos que quieren ser profesionales en este deporte, les aconsejo que pongan atención a dónde piensan ir a entrenar y aprendan a luchar, no a pararse en la esquina y gritar, porque cuando se topan con alguien que les exige en lucha, no pueden, tómenlo con profesionalismo, algunos pueden decir que yo no puedo aconsejar eso porque fui un "desmadre" y sí lo fui, pero aún así me subía al ring y siempre demostré", finalizó.