Todo fue porque las brujas tenían un ungüento alucinógeno. (INTERNET)
Existen varios mitos que rodean a las brujas, uno de ellos es que vuelan en escobas. El origen de esta creencia no viene de las películas o los cuentos de hadas, sino de los alucinógenos.
Todo comenzó en el siglo XIV, con mujeres acusada de ‘brujería’ quienes en realidad, según fue más tarde documentado, se trataba de mujeres que experimentaban con plantas medicinales y cuyas prácticas amenazaban a la iglesia católica, e incluso a la ciencia.
Como sus prácticas estaban penadas, debían realizaras en secreto y cuando eran vistas en grupo, realizando sus remedios, eran acusadas de ‘brujería’ y ‘hechicería’ y eran quemadas vivas.
Estas mujeres buscaban alternativas para calmar dolores y padecimientos, en especial los suyos propios, como los dolores menstruales. Para ello experimentaban con plantas como la mandrágora, el beleño y el hongo, descubriendo que algunas, consumidas en pequeñas cantidades, servían como alucinógenos.
Los alucinógenos tenían algunos efectos secundarios, como vómito o irritación en la piel, así que estas mujeres decidieron mejor untarlo en la piel, pero al poco tiempo descubrieron para un mejor efecto, lo ideal era aplicar el ungüento alucinógeno en las zonas mucosas genitales.
Como esto provocaba placer, se comenzó a poner el ungüento en palos de escoba y aplicarlo así.
Documentación de esto se tiene en la investigación del caso de Lady Alice Kyteler, acusada de brujería en 1324. “En el armario de la dama se encontró un envase de ungüento con el que asegura untaba un palo que luego montaba para pasar el ungüento a sus partes íntimas”.
También existe evidencia de esta práctica en los archivos de Jordanes de Bergamo, investigador de la brujería del siglo XV. “Las brujas han condesado que durante algunos días y noches untan un palo con ese ungüento especial y “mágico” que hacen y lo pasan por sus partes íntimas, debajo de los brazos y en otros lugares del cuerpo para obtener el efecto deseado”, señalan sus archivos.
De ahí que en algunas pinturas de los siglos siglo XV y XVI, a las ‘brujas’ se les represente volando desnudas sobre palos de escoba.
Pero la imagen de que las mujeres que son brujas ‘vuelan’ en la escoba viene de lo que confesaban las mujeres acusadas de brujería. Ellas decían, durante sus juicios, que, como al aplicar el ungüento se quedaban dormidas, en su mente ellas se veían “volando sobre las montañas”. Por el efecto alucinógenos, creían que habían volado de verdad.