
Historia. Memo Martínez es el narrador del capítulo El niño que se convirtió en Santo. (ARCHIVO)
El conductor Memo Martínez declaró que es real la embriaguez de los narradores en el programa Drunk history. El lado oscuro de la historia, de Comedy Central.
Admitió que antes de participar no sabía cómo era el proceso; incluso creía que era actuado, pero comprobó que no es así.
"Tú narras en tu embriaguez y después sientes una sensación muy rara. Es una plática de borrachera con tal sarta de salvajadas que sientes que te estás llevando a la producción y al gran elenco con las palabras de un ebrio", comentó en entrevista.
Sin embargo, gracias al trabajo de edición, al final todo se vuelve gracioso porque la voz del narrador es la del elenco en el desarrollo de los capítulos.
Memo Martínez es el narrador de El niño que se convirtió en Santo. La historia de Joselito, quien vivió en carne propia la sangrienta Guerra Cristera de 1926 entre el gobierno y la iglesia Católica.
Luego de mucho insistir, se integró al ejército cristero. Dos años de lucha después fue capturado, torturado y ejecutado. Se le adjudicó un milagro y fue canonizado en 2016.
"La gente de producción te habla antes y te dice la historia que te toca. Después te la mandan y me preguntan qué quiero beber. En mi caso, les dije que de chavito empezaba la borrachera con whisky y cuando se terminaba me la seguía con cerveza.
"Les externé que deseaba rendir un homenaje a lo que yo bebía y previo a la grabación empezamos con cerveza y mezcal, pero durante todo el programa me eché los whiskies", relató.
Consideró que ingerir bebidas alcohólicas durante Drunk History no es algo irresponsable debido a que todo el tiempo hay un médico que supervisa los signos vitales del narrador para evitar una intoxicación.
"Ni mis papás me hubieran cuidado tanto en una borrachera como me cuidaron ellos. Llegaron a las seis de la tarde y se fueron a las 4:20 de la mañana. Fue un crew (equipo) de 20 personas. Habían asistentes, iluminador, técnicos y un equipo muy grande, incluido el barman y el médico".
Memo Martínez destacó que gozó de absoluta libertad para narrar la historia a su gusto.
"Ese era mi miedo, porque de repente comentaba: 'es que El niño santo tenía novio y luego decía: '¿lo dije o lo pensé. Hablé de más?' y todos me respondían: 'sigue adelante'. Siempre he tenido la libertad de ser como soy en los programas, pero aquí se llevan todo al extremo", puntualizó.