Experto. Emiliano Monge es un autor que ha logrado una obra contundente.
EL SIGLOD E TORREóN
Después de acercarse a la violencia de forma frontal con sus novelas anteriores, el autor mexicano Emiliano Monge escapa en su nuevo libro de cuentos del "golpe y el balazo", y en su lugar explora esos tipos de violencia que sólo "se intuyen", pero que rodean a los mexicanos y los oprimen.
Con "La superficie más honda", el escritor quería tratar agresiones "mucho más cotidianas" con las que hablar del "gran ciclo de violencia" que azota el país, afirma en una entrevista.
"Estos relatos buscan hacer un hueco en esa macroviolencia, en donde te puedas asomar y veas lo que hay detrás, otras violencias que están aconteciendo en México que son de ámbito familiar, psicológico o más sociales".
En lugares como Europa, si por ejemplo se produce un atentado terrorista, la violencia "irrumpe en la vida de las personas", pero la que se vive en México se ha convertido en un asunto cotidiano, en "una violencia que determina la supervivencia de las personas".
Es más, "México es un país en el que ni siquiera el horror es el final de las historias", comenta Monge, en referencia a aquellos casos en los que "lo peor que te puede pasar es seguir investigando", como sucede con algunos homicidios.
Para hacer este libro desempolvó algunas de las ideas para cuentos que había ido teniendo a lo largo de los pasados años mientras escribía las novelas, pero que no había desarrollado porque reconoce que no puede trabajar dos géneros distintos a la vez.
Dice que no le gustan los volúmenes que son meras recopilaciones de cuentos, sino que estas antologías han de configurarse como "universos cerrados, igual que las novelas", y por eso decidió hilar todas estas historias con el tema de la violencia.
"Uno escribe lo que puede y no necesariamente lo que quiere, eso es algo que normalmente los escritores no dicen y es una verdad también", refiere sobre esta decisión.
Los cuentos "empiezan de repente y terminan de repente", dejando que el lector "construya todo lo demás".
"Creo en la literatura que exige al lector; a veces confundimos lector con espectador y son cosas totalmente opuestas", considera Monge, antes de añadir que en el cuento "se deja mucho espacio para el silencio para ser llenado por la voz del lector".
En las narraciones también pone el punto de mira en los medios de comunicación, que cuando actúan como "filtros" se quedan con "esa violencia espectacular o del decapitado".
Lo mismo ha pasado con las redes sociales, que en principio iban a "socializar el conocimiento", en realidad han hecho lo contrario, han "socializado la desinformación" y, gracias al anonimato, han "desatado la violencia contenida en cada uno de nosotros, y los odios", explicó el escritor mexicano.
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