
Terminada. La Secretaría de Cultura, a través del INAH, entregó restaurada la estatua de Carlos IV, El Caballito. (ARCHIVO)
Después de un exhaustivo proceso integral de restauración, que requirió el esfuerzo interdisciplinario de químicos, físicos, biólogos, geólogos, arquitectos, restauradores e historiadores, fue entregada por el Gobierno de la República a la Ciudad de México, la estatua ecuestre de Carlos IV, El Caballito, que hoy recupera el esplendor que tenía en el siglo XIX, cuando fue creada (en 1803) por el arquitecto y escultor Manuel Tolsá.
La restauración requirió la más alta tecnología mediante ultrasonido y espectometría de difracción de rayos X y entre las metas se tuvo, el respetar los materiales constitutivos, además de realizar limpieza de corrosión, suciedad y estratos pictóricos, además de la desalinización, la inhibición de corrosión y la regeneración de óxidos de cobre para lograr la unidad visual, la estabilización material y la unificación de aspectos y acabados de la escultura.
En el proceso de restauración los especialistas lograron identificar que la escultura estaba recubierta con una capa de óleo aplicada por Manuel Tolsá. Se resanaron grietas y espacios de filtración y se colocó un recubrimiento de protección para después recuperar su tono olivo parduzco, mismo que fue descrito en 1814 por Alexander von Humboldt.