En la voz de Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, no hay clemencia para bosquejar un desastre en la política mexicana. (EL UNIVERSAL)
En la voz de Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, no hay clemencia para bosquejar un desastre en la política mexicana:
"Veo un escenario de la política en el país trágico, cada vez peor. Creo que el país está absolutamente colapsado y que el sistema político de partidos no está funcionando, son parte del problema, y la prueba más clara es la cantidad de gobernadores perseguidos, las grandes alianzas por intereses partidistas, económicos; las mismas partidocracias y una lejanía muy grande de la realidad, es su emergencia nacional y de tragedia humanitaria".
Sin embargo, Sicilia, promotor del último movimiento social que traspasó fronteras para exigir un alto a la violencia, guarda un halo de esperanza para refundar a México mediante un sistema democrático.
Habla de una reserva moral contenida en el Movimiento Zapatista, el Movimiento por la Paz, Cuauhtémoc Cárdenas, el padre Alejandro Solalinde, "por desgracia afiliado mucho con Morena", señala; algunas autodefensas y policías comunitarias. Allí, expresa, están todos aquellos que traen algo nuevo que le sirve a la nación y con una ética de la que está ausente la actual clase política.
A dicha reserva, sin embargo, le falta unidad y ésta se encuentra totalmente fragmentada y lo que queda la disputan los partidos, esas alianzas innaturales que buscan administrar el infierno a cualquier costo, afirma.
Actual responsable del departamento de Comunicación en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Javier Sicilia, parafrasea a Carl von Clausewitz, teórico de la ciencia militar moderna, para definir que "la política es la continuación del crimen por otros medios".
Eso es lo que está sucediendo, dice, porque las partidocracias secuestraron la democracia, la redujeron a una representación partidista que llegó a grados de corrupción tan grandes que ya no funcionan en un panorama democrático. Se volvieron parte del problema y no lo van a solucionar.
El Frente Ciudadano y AMLO
El escritor y poeta también se da tiempo para hablar del Frente Ciudadano por México, conformado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, para las elecciones de 2018 y sostiene que en la agrupación hay personajes "muy deleznables".
Simplemente, apunta, la (Alejandra) Barrales, que ha callado cosas que ha hecho su partido en otras gubernaturas dejando justamente al garete la vida política.
"Hay gente que no representa verdaderamente los intereses de la nación sino los intereses del partido y su búsqueda de trepar y de hacer de la vida política o de los cargos públicos una forma del negocio", afirma.
El escritor considera que el Frente es una gran mascarada, una cortina de humo que permite seguir utilizando al gobierno para enriquecerse y apoyar intereses que nada tienen que ver con las necesidades de la gente.
¿Y Andrés Manuel López Obrador es la opción?
—Por supuesto que no. Ya lo vimos con el caso de (Ricardo) Monreal es la misma historia. López Obrador es un priísta disfrazado de rojo. Ese es mi punto de vista, es un tlatoani más, ya la vida de los tlatoanis no nos sirve para nada, y López Obrador reproduce aquello donde se cultivó, que es el priísmo. López Obrador tiene la estructura del PRI y trabaja así.
Con esa descripción (Monreal) hace votos para que gane Andrés Manuel López Obrador en los comicios de 2018, pero no por las buenas razones, dice, sino "para que esa izquierda ilusa sepa que no se trata de personas, sino de transformar un sistema y López Obrador no es la transformación del sistema, es la reproducción del sistema, pero con un rostro más social, nada más", asegura.
El colapso político-social
En marzo de 2011, Javier Sicilia convirtió su activismo de las letras en una lucha de masas contra la violencia luego del asesinato de su hijo Juan Francisco, de 24 años de edad, por el crimen organizado.
En su oficina de la UAEM, afirma que el problema de Mexico es grave y la gente no quiere entender que el país colapsó, que los partidos no funcionan y que necesitamos refundar a la nación de otra manera: "Creo que va a empeorar muchísimo la realidad del país a nivel de la violencia, la inseguridad y la corrupción y que no vamos a ver ninguna mejoría", avizora.
Con las elecciones presidenciales en puerta el poeta adelanta la repetición de una vieja historia y la ilusión de un país por creer que con un nuevo presidente o un nuevo partido en el poder van a cambiar las cosas.
Para Sicilia, la nación esta para una verdadera coalición dejando a un lado intereses grupales y buscar salir adelante en unidad.
"La política parece que es el ejercicio de buscar administrar el infierno y controlar los daños de ese infierno hasta donde puedan. Pero esto cada vez se va tensando más", señala.
Por esa razón sugiere detonar una revolución no violenta, a fin de cambiar las reglas de la democracia y atacar a la corrupción, miseria, violencia e inseguridad.
¿Hay alguien en el país que pueda representar una nueva causa democrática?
—No, yo creo que debería ser un colectivo justamente. ¿Personajes? Ahí está Emilio Álvarez Icaza. Creo que por ahí esta el camino, pero no hay la voluntad por parte de ellos de hacer esta coalición necesaria, se vuelven parte de la fragmentación y del colapso que está viviendo el país desde hace 12 años, dice.
Si la gente vive este colapso ¿por qué sigue votando por estos grupos de poder?
—Por la corrupción misma, ya lo vimos en el Estado de México, son hijos de la corrupción, hijos de la necesidad, de la miseria. La mayor parte de la gente en este país no tiene una conciencia ciudadana, está viviendo al día. No están politizados, los venden rápidamente, argumenta.
¿Cómo serán las elecciones?
—La ciudadanía está aterrorizada, a veces pienso que esto es una nueva forma, una mutación del estado de las dictaduras, porque su base está en crear miedo y generar una terrible violencia para mantener cotos de poder, y se pelean entre ellos para mantener este estado.
Esa es la disputa que tienen en los partidos, quién se va a quedar en la administración de esta nueva forma de la dictadura, basado en el miedo o el sometimiento de la gente, y casi con una estructura de rastro, bovina, esperando a ver cuándo nos toca.
Es un escenario catastrófico
"Sí, yo soy muy catastrofista, es el diagnóstico correcto, sino nos atrevemos a ver la catástrofe no vamos a ver la salida, negarlo simplemente ayuda que la catástrofe siga.
"Esto no la va a sacar un partido, una asociación o una sola persona, o lo sacamos todos, sabiendo que esto es un colapso, o esto seguirá pudriéndose, descomponiéndose cada vez más", dice Sicilia.
Hay temor de algunos sectores de que México se convierta en un Venezuela: "Venezuela es de Walt Disney en comparación a lo que vivimos, pero no nos atrevemos a vernos, preferimos estar señalando como esos seres mezquinos que viven mirando el Talk Show, "mira que mal están". No, hay que empezar a vernos a nosotros mismos para salir del problema, esto es peor que Venezuela.