De trascendencia. El sitio cuenta con escasos señalamientos, pese a ser un lugar histórico.
La Cueva del Tabaco es uno de los sitios más importante de la vida republicana de México por ser el lugar en el que se resguardó el legado más valioso de los mexicanos durante casi tres años: el Archivo General de la nación.
Este sitio es uno de los más representativos del paso de Benito Juárez por La Laguna, aunque según el cronista de Matamoros, Matías Rodríguez Chihuahua, no fue el Benemérito de las Américas el que depositó el Archivo de la Nación en la Cueva del Tabaco, sino los custodios laguneros, en su mayoría matamorenses, quienes hicieron el traslado la documentación a este escondite natural y del que no saldrían hasta la derrota de los franceses.
La Cueva del Tabaco, ubicada en Matamoros, Coahuila, es señalada por la historia como resguardar los documentos que contenían el acta de Independencia de México, los decretos de creación de los estados y demás documentos de importancia para la soberanía nacional.
El cronista dice que de caer en manos enemigas "habría cambiado la forma de gobierno y la división política de nuestras entidades".
En el 211 aniversario del natalicio de Benito Juárez, Rodríguez Chihuahua, cuenta que tras la ocupación de Puebla por los franceses, Benito Juárez opta junto con su gabinete, salir del Palacio Nacional y hacer una retirada estratégica hacia el norte del país.
No fue casual. Según el cronista, Estados Unidos apoyó a Benito Juárez, ya que veían un peligro al establecerse un imperio en México bajo el proteccionismo francés. Temían que el expansionismo de los franceses, bajo el mando de Napoleón III, alcanzara a su país.
Habiendo salido de Palacio Nacional el 31 de mayo de 1863 con los principales ministros, Juárez se traslada a Querétaro y de ahí a San Luis Potosí, en donde establece su gobierno itinerante. De San Luis, pasa a Zacatecas y de ahí a Coahuila.
"En Coahuila llegan para los primeros días de enero de 1864. Llega a Coahuila y encuentra que el representante de su gobierno era el General Santiago Vidaurri que debió haber sido gobernador de Coahuila, pero válgase los términos, por sus pistolas, anexó Coahuila a Nuevo León y fue gobernante de los dos estados, pisoteando la constitución y sin tomar en cuenta al gobierno central representado por Benito Juárez".
Juárez al darse cuenta de esta situación toma una determinación; separar a Coahuila mediante un decreto que firma el 26 de febrero de 1864 en Saltillo, por medio de cual restituye a Coahuila como entidad federativa y con un nuevo gobierno.
En ese mes reanuda su retirada hacia Chihuahua y su escolta tiene el apoyo de gente lagunera, como lo era el General Darío López Orduña y el coronel Jesús González Herrera.
Ellos se encargan de que al salir el presidente Juárez de Saltillo, pase por la Comarca Lagunera debido a que el camino real era más seguro, pues tenía cerca a los franceses y sus aliados.
Jesús González Herrera y una centena de campesinos laguneros los conducen a Viesca. Ahí el presidente Juárez conoce las problemáticas de los colonos de Viesca y de Matamoros quienes le plantean las necesidades de Tierras ya que tenían el acoso de Leonardo Zuloaga, conservador antijuarista.
"El presidente Juárez conociendo las demandas de los colonos, toma el acuerdo de realizar un reparto agrario en favor de las familias necesitadas. El 28 de agosto se firma el decreto en donde los colonos que estaban asentados en la Vega de Marrufo, pueden sentirse seguros de que el terreno, que es ahora el cuadro de Matamoros, sería de ellos".
Hasta la mañana del 4 de septiembre de 1864 el presidente Juárez se retira de Viesca y llega después del medio día al Rancho del Gatuño, ahora Congregación Hidalgo. Cuenta la historia que llega con 11 carretas con la paquetería que contenían los archivos de la nación y ahí hace la entrega en custodia, en lo que hoy se conoce como la Casa de Juárez.
"Ahí descarga la paquetería (...) Le dice el presidente Juárez a Don Juan de la Cruz Borrego: Usted verá a los hombres que le apoyen; hombres leales, de su entera confianza porque se les encarga lo más sagrado de la República que son los archivos nacionales y yo confío en ustedes hombres de La Laguna y que sabrán responder..."
"Lo interrumpe Don Juan de la Cruz: Señor presidente, hasta con nuestra misma vida le responderemos al delicado encargo que nos hace, siga usted su camino, nosotros estamos en favor de su causa, defenderemos a la república a través del encargo que nos ha hecho".
"El presidente Juárez no conoció la Cueva del Tabaco, él confía, simplemente dice: aquí está, se quedan en esta casa que les facilitó la familia Álvarez, confía en que va a dejar a su brazo armado. Don Juan de la Cruz Borrego y su brigada de custodios piensan en dónde lo van a esconder y lo hacen fuera del rancho, se les ocurre soterrarlo en un arroyo que está en las inmediaciones de la carretera libre y la Cueva del Tabaco. Le llaman el Arroyo del Jabalí", narra Matías Rodríguez.
Sin embargo, por las lluvias torrenciales que caían en septiembre, decidieron esconderlo en otro sitio más seguro. Entre los custodios había cuidadores de ganado, agricultores de temporal, leñadores, etc. Uno de ellos era pastor y les dice que hay varias cuevas una de elles en especial, considera que ocultar los archivos y es así como, en ese mismo mes, durante las noches sacan los archivos del Arroyo del Jabalí a la Cueva del Tabaco.
Este acto heroico les costó la vida a algunos, pues al menos cinco de los custodios fueron torturados y sacrificados por los franceses: Marín Ortiz, Pablo y Manuel Arreguin, Telésforo Reyes y Gerónimo Salazar.
"El mártir y de toda la causa en la salvaguarda del archivo fue Marín Ortiz, le desollaron las plantas de los pies, se le azota y se le obliga a caminar sobre brazas".
Los archivos duraron casi tres años, pues estuvieron desde septiembre de 1864, hasta 1867 que con el sitio de Querétaro se logra la rendición del último bastión francés, el presidente Juárez se retira de Chihuahua y por el mes de junio llega a Palacio Nacional y pide que el archivo oculto sea devuelto.
El gobierno federal decreta que la Cueva del Tabaco sea considerado como un sitio patrimonio cultural de la nación, suscrito por la Secretaría de Educación Pública.
Durante el paso de Juárez por La Laguna, además del reparto que hizo de tierras en Matamoros, eleva a Lerdo a la categoría de Villa. El 8 de septiembre de 1864 al rancho de San José de Matamoros y Vega de Marrufo, también lo eleva al rango de Villa, sin embargo le cambia el nombre por Laguna de Matamoros, cuenta el cronista.
SITIO HISTÓRICO DESCUIDADO
La Cueva del Tabaco se ubica en terrenos del ejido Congregación Hidalgo. El sitio cuenta con cuatro columnas en donde está inscrita la proeza de los laguneros y el nombre de cada uno de los custodios. Aunque más grande se encuentran ya los nombres de las administraciones actuales, la estatal y la municipal y sus respectivos representantes, pues su relevancia será el develar una estatua monumental de Benito Juárez que yace en el centro.
A pesar de la importancia histórica, el sitio cuenta con escasos señalamientos y en el interior de la cueva hay grafitis, además de que la señalética que indica que se ha llegado a la Cueva del Tabaco tiene impactos que parecieran de esquirlas, pues hace algunos años los delincuentes rondaron este lugar y es fecha su huella sigue presente.