John Dee estuvo un año en la cárcel por no haberse quitado la gorra al paso del rey. Alegó ante los jueces:
-Tampoco él se quita la corona cuando paso yo.
Lo consideraron loco y lo enviaron a prisión. Fue ahí donde escribió su obra "De hominis dignitate", en la cual sostuvo la igualdad natural de todos los hombres por encima de su condición social. Esa tesis molestó al soberano, quien por medio de sus sabios postuló que la igualdad del soberano es superior a la igualdad de sus vasallos. "Cualquiera sabe -dijo- que una corona es más que una gorra". "Que una sí -replicó el filósofo-, pero no que todas juntas".
Sucedió que tiempo después hubo una revuelta de campesinos y el rey se vio obligado a huir para salvar la vida. Su fuga fue tan apresurada que no tuvo tiempo de recoger la corona que se le cayó en la carrera y quedó tirada en uno de los salones del palacio. El pueblo la encontró y la hizo trizas.
Decía John Dee:
-Y yo todavía tengo mi gorra.
¡Hasta mañana!...