Por decenas, por centenas han llegado a la huerta de nogales las palomas de ala blanca.
Con ellas aparecieron las ardillas.
Del cielo vienen las palomas; las pequeñas ardillas salen de la tierra.
Luego acuden las niñas de la escuela, tan parecidas a palomas, y los niños, tan semejantes a ardillas. Todos buscan la delicia de las nueces. Yo le he pedido a don Abundio, el cuidador del huerto, que permita a las ardillas y palomas, a los niños y las niñas, llevarse cuantas nueces quieran. Cuando Dios da -dice el piadoso dicho- da a manos llenas, de modo que sus dones alcanzan para todos.
Más nueces habrá el próximo año, y más ardillas y palomas, y más niñas y niños.
Son la vida.
Y siempre habrá más vida.
PS.- El fallecimiento de Rosaura Barahona constituye una gran pérdida para el periodismo y la educación. Por este medio expreso mi más sentido pésame a su esposo, hijos, nietos y hermanos, especialmente a Arturo, querido amigo y compañero de colegio.
¡Hasta mañana!...