Retroactive ll (1963). Foto: EFE/Nathan Keay
Para revalorar el trabajo de uno de los creadores más importantes del siglo XXI, la galería Tate Modern creó una exposición del artista estadunidense Robert Rauschenberg (1925-2008), quien tuvo una prolífica carrera de casi seis décadas en la que exploró técnicas y métodos alejado de las corrientes convencionales.
El artista experimentó con todos los medios posibles, desde fotografía, pintura, técnica combinada, serigrafía, escultura, tecnología y utilizó todo tipo de materiales desde cajas desechadas, textiles y metales retorcidos.
La retrospectiva es tan ecléctica como la obra misma del artista estadounidense que inició su carrera en los años cincuenta y ganó notoriedad tras borrar una pintura de Willem de Kooning, uno de los máximos exponentes del expresionismo abstracto.
“Tenía una gran admiración por Kooning como pintor y esa es la razón por la que le pidió su dibujo, quería a alguien que tenía un significado especial para él”, explicó el curador y director de Exposiciones de la Tate, Achim Borchardt-Hume.
Erased De Kooning Drawing (1953), le tomó cuatro semanas borrarlo y casi cuarenta gomas para comprobar que se puede hacer una obra deshaciendo otra. El curador aclaró que “solo lo hizo una vez, con un dibujo específico de un artista particular”.
TRABAJOS EMBLEMÁTICOS
En una primera instancia se busca mostrar cómo Rauschenberg, lanzó su propia carrera dentro del expresionismo abstracto con pinturas completamente en blanco o negro, pero rápidamente se aventuró a explorar con un tipo de arte más incluyente e innovador.
Rauschenberg no se conformó con trabajar en su estudio, sino que le gustaba colaborar con artistas, ingenieros y compañías de danza, así como viajar por todo el mundo y utilizar materiales de la vida cotidiana.
El artista es considerado una figura emblemática del siglo XX con obras que tienen una resonancia con el arte contemporáneo, como una cabra atrapada en un neumático, los lienzos rojos con objetos pegados, o la cama enmarcada que a distancia parece un cuadro.
En otra parte de la exposición, el guión quiso resaltar cómo el artista saltó de los colores monocromáticos a pinturas en color rojo con objetos pegados como sombrillas, espejos y focos. Esta nueva aproximación al arte se puede apreciar en la obra Charlene (1954) que rara vez es prestada a otros museos.
Una de las piezas más controvertidas es Cama (1955), una colcha y almohada enmarcada como si fuera un lienzo, y después intervenida con pintura de aceite, esmalte de uñas y pasta de dientes en una obra que a distancia asemeja una pintura abstracta.
Otra de las piezas que deja al espectador boquiabierto es un estanque de barro que burbujea y emite sonidos en uno de los proyectos de arte y tecnología impulsados por el artista entre 1968 y 1971.
EXPERIMENTACIÓN
Pero quizá sus obras más conocidas son las serigrafías que comenzó a realizar en 1962, en las que plasmó la figura del recién asesinado presidente John F. Kennedy, mientras que otras incluyen a la cantante Janis Joplin en collages que reflejan los eventos más relevantes de Estados Unidos.
Recorrer las imágenes de Rauschenberg, es seguir también sus huellas a través de los diferentes viajes que realizó el artista a México, Chile, Venezuela, China, Tíbet, Japón y Cuba, entre otros países, en busca de colaboraciones con otros artistas, la exploración de nuevos lenguajes y materiales que hicieron parte del estilo del estadounidense.
Por ejemplo, las populares sombrillas chinas, una serie de piezas escultóricas de metal retorcido, que fueron acompañadas por una serie de cuadros alusivos a Cuba, cultura que logró impactar por su multiculturalidad al artista contemporáneo.
Una mirada a la obra del artista, quien nació el 22 de octubre de 1925 en Port Arthur, Texas y falleció el 12 de mayo de 2008 en Tampa (Florida); permite recordar cómo a inicios de 1950 destacan en su producción un buen número de obras expresionistas, en las que además maneja a través de fragmentos textiles, fotografías y recortes de periódicos rasgados, materiales alternos.
Las conocidas Asociaciones de Rauschenberg, empiezan a aparecer en 1955, una serie de ensamblajes tridimensionales en los que las pinturas se combinaron con imágenes encontradas, como señales de tráfico, bombillas, botellas de Coca-Cola o aparatos de radio. El más conocido de ellos, Monograma (1955-1959, Museo Moderno de Estocolmo), presenta una cabra disecada con un neumático a modo de imposible flotador.
Está obra, Monograma, fue expuesta por primera vez en la Galería Leo Castelli en 1959, el coleccionista de arte Robert Scull ofreció comprar el trabajo y donarlo al MoMA; sin embargo, el director del museo, Alfred H. Barr, Jr., declinó la oferta y el trabajo fue comprado por el Museo de Estocolmo en 1964.
Un bosquejo preliminar para Monograma muestra que, desde el principio, Rauschenberg había considerado montar la cabra contra un panel casi cuadrado (en lugar de vertical) y colocarlo detrás de una escalera. El boceto está ahora en la colección de Jasper Johns, cuyo estudio estaba un piso por debajo de Rauschenberg en el momento en que estaba trabajando en Monograma. Durante este período, Rauschenberg y Johns vieron el trabajo de cada uno e intercambiaron ideas sobre una base diaria.
Estos trabajos tuvieron una fuerte influencia en el arte pop de la década de 1960. Desde 1962, experimentó con la estampación por serigrafía, primero en blanco y negro y más tarde en color. En 1964, un año después de pintar Express -obra que refleja sus más importantes innovaciones y técnicas- Rauschenberg se convirtió en el primer artista norteamericano en obtener el primer Premio de Pintura de la Bienal de Venecia, contribuyendo así de manera decisiva a que el movimiento se diera a conocer internacionalmente.
La mayor parte de su obra artística de las décadas de 1970 y 1980 la dedicó a los collages, las litografías y otras formas de las artes gráficas, incluyendo la fotografía. En 1981 aparecieron las Fotografías Rauschenberg.