En memoria. El Papa Francisco recordó frente al Coliseo Romano a las personas que sufren.
El papa Francisco tachó ayer de "vergüenza" las "imágenes de devastación, destrucción y naufragio que se han convertido en ordinarias" en el mundo actual, tras presidir orante y en silencio el rito del Vía Crucis en un Coliseo romano blindado.
"Cristo, nuestro único salvador, regresamos a ti también este año con la mirada baja de vergüenza y el corazón lleno de esperanza. Vergüenza por todas las imágenes de devastación, de destrucción y de naufragios convertidas en ordinarias en nuestra vida", lamentó.
Francisco, ante 20 mil fieles según la Santa Sede, denunció "la sangre inocente que cotidianamente es derramada de mujeres, niños, inmigrantes y personas perseguidas por su color de piel, pertenencia étnica o social o por su fe" en Jesús de Nazaret.
También tuvo palabras de crítica hacia la propia Iglesia, por "las veces que nosotros, obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas, hemos escandalizado y herido tu cuerpo y hemos olvidado nuestro primer amor, nuestro primer entusiasmo y nuestra total disponibilidad".
También arremetió contra "el silencio ante las injusticias" y denunció "las manos perezosas en el dar, pero ávidas a la hora de arrebatar y conquistar" o los "pies veloces en la vía del mal y paralizados en la del bien".
Francisco reclamó que la "cruz transforme nuestros corazones endurecidos en corazones de carne capaces de soñar, de perdonar y de amar", que convierta "esta noche tenebrosa en alba fulgurante de la resurrección" de Cristo.
"Te pedimos que rompas las cadenas que nos mantienen aprisionados en nuestro egoísmo, en nuestra ceguera voluntaria y en la banalidad de nuestros cálculos mundanos", oró el pontífice.
Seguridad
La zona fue blindada:
⇒ Con un férreo dispositivo de seguridad por la amenaza terrorista.
⇒ En el que se sucedieron los controles y por el que los principales accesos a los alrededores del Coliseo fueron bloqueados con grandes coches.