Una buena entrada se registró ayer en el Estadio Corona, sin embargo los aficionados se fueron tristes por la goleada. (Ramón Sotomayor)
Luego de una espera de 363 días, la liguilla regresó a la Comarca Lagunera con una nueva esperanza para los Guerreros del Santos Laguna, de obtener su sexta corona del futbol mexicano. Sin embargo los Diablos llegaron de "aguafiestas".
Un horario completamente atípico para el futbol en La Laguna, a las nueve y media de la noche estaba pactado el inicio del encuentro, además de ser durante pleno día de las madres, lo que parece le dio en la ídem a muchos aficionados, pues de entrada, la afluencia de vehículos en las inmediaciones del estadio no era tan densa como la del pasado domingo. A poco más de una hora del inicio del partido, aún quedaban boletos en las taquillas, mientras que los revendedores sufrían para acomodar sus tickets, parecía no haber tanta demanda como hace apenas unos días.
Pero tampoco hubo tantas camisetas rojas, ahora sí fue abrumador el dominio de los aficionados albiverdes, quienes se pintaban las caras, bailaban, escuchaban canciones y hacían cualquier cantidad de cosas para "matar el tiempo" en la explanada del TSM, ya que la gran mayoría sólo fue medio día al trabajo, festejó de prisa a la progenitora y emprendieron el viaje al estadio, por lo que llegaron con bastante anticipación al "Templo del Desierto".
Portar bigote es lo de hoy para los Guerreros y la afición lo sabe, es por ello que quienes llevaban su camiseta albiverde, también lucían orgullosos sus mostachos, sumándose a la campaña que promocionan los jugadores del equipo lagunero. Así que hubo bigotes para todos los gustos, tupidos, delgados, vistosos, discretos y hasta postizos, de todo se vale para sumarse a la nueva moda de la escuadra albiverde, adoptada a manera de cábala rumbo a la conquista del sexto campeonato.
Sin embargo, adentro de la cancha las cosas no funcionaron muy bien para los Guerreros, aunque los fuegos artificiales daban la señal de ataque para la Tribu Lagunera, fueron los Diablos quienes se apoderaron de balón y de a poco reflejaron su dominio con goles. Los aficionados locales pudieron festejar al menos el empate momentáneo, pero poco les duró el gusto, pronto volvió a adelantarse "El Demonio" y los menos de 30 fanáticos rojos, con su tradicional torso desnudo, se acababan la garganta gritando que su equipo se volvía a adelantar.
La noche terminó siendo muy aciaga para los laguneros, un póquer significó la victoria roja de manera clara, contundente y descorazonadora, aprovechando que a Santos se le ocurrió dar su peor partido del semestre, justo en una noche importante. Antes del silbatazo final, algunos aficionados emprendieron el camino hacia las salidas del estadio, sabiendo que al día siguiente hay trabajo y escuela, prefirieron distraerse en ello para pasar el trago amargo del resultado tan adverso, no se abandona la idea de una remontada heroica, así se demostró en la despedida con aplausos a los futbolistas, finalmente, el verde es el color de la esperanza y ese está en el escudo de batalla de los Guerreros.
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