A todos nos afecta. Para lograr vulnerar los dispositivos se necesita estar cerca de éstos. (ARCHIVO)
El protocolo de cifrado WPA2 que protege a las comunicaciones Wi-Fi de todo el mundo y a los dispositivos conectados a ellas, fue hackeado a principios de semana.
Lo anterior significa que un pirata informático que se encuentre dentro del alcance físico de un hogar u oficina puede descifrar la contraseña de Wi-Fi, registrar la actividad de Internet e interceptar flujos de datos no asegurados de millones de personas.
Este acceso ilegal se logra mediante el uso de un Exploit (fragmento de software) llamado KRACK (Key Reinstallation Attacks) y funciona explotando el Handshake (protocolo de seguridad) de cuatro vías de las WPA2.
El CERT (organismo que ayuda a las personas prevenir incidentes de seguridad y proteger información) de los Estados Unidos ya ha emitido un comunicado a cerca de 100 organizaciones advirtiéndoles de la anomalía.
Aunque el hackeo es de escala global, según los expertos, no debemos entrar en pánico, ya que para lograr vulnerar los dispositivos, es necesario estar cerca de ellos. El rango típico de alcance de las redes inalámbricas Wi-Fi es de unos 20 metros. A esa distancia o menos deberá estar el ciberdelincuente para que su ataque sea efectivo.
Con todo, las diversas empresas del ramo tecnológico ya están trabajando en "parches" y paquetes de software que solucionen los problemas de seguridad. Microsoft, por ejemplo, ya tiene un parche para todas las versiones con soporte Microsoft, lo único que pide es que se mantengan las actualizaciones en automático para que los usuarios se mantengan al día en cuanto a protección se refiere.
La recomendación es estar al pendiente de la liberación de actualizaciones para los diferentes equipos con acceso a redes Wi-Fi.