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Yucatán, cultura y tradiciones

Además.  Yucatán se distingue por sus haciendas, algunas cerca de la capital, la mayoría dedicadas a la producción de henequén.

Además. Yucatán se distingue por sus haciendas, algunas cerca de la capital, la mayoría dedicadas a la producción de henequén.

EL SIGLO DE TORREÓN

Además de su cultura, tradiciones y gastronomía, Yucatán se distingue también por sus vestigios arqueológicos, donde Dzibilchaltún, también es conocido como una importante zona arqueológica en la entidad e importante ciudad maya.

En lengua maya Dzibilchaltún significa "Lugar donde hay escritura en las piedras", en alusión a numerosas lápidas conmemorativas encontradas en el lugar, llamadas también estelas.

Además el área conserva conjuntos arquitectónicos con pirámides y edificios abovedados. De acuerdo con los historiadores el lugar pudo haber tenido 40 mil habitantes lo que la coloca como una de las ciudades antiguas más grandes de Mesoamérica.

Por su cercanía a la costa, su economía aprovechó, tanto los productos del mar como de la tierra, en la producción de sal, herramientas de caracol y sembrando y cosechando maíz.

La ciudad conserva 12 sacbés o caminos blancos, la mayoría de los cuales parten del centro y se dirigen hacia las construcciones de la periferia; uno de ellos conduce al cenote Xlakáh, que en maya significa "pueblo viejo", uno de los más grandes y profundos encontrados en Yucatán.

En el centro del cenote sus aguas están cubiertas de lirios que flotan en la superficie, que le dan un decorado perfecto en el centro de sus aguas cristalinas.

En el Templo de las Siete Muñecas o Templo del Sol, se lleva a cabo el fenómeno arqueo-astronómico del equinoccio de primavera los días 21 de marzo y 21 de septiembre, cuando la puerta del lugar se ilumina con el resplandor del Sol.

El astro rey lo utilizaban los mayas como base para la planeación de sus vidas debido a que dependían de la agricultura, por lo que con el equinoccio de primavera iniciaban la siembra y con el de otoño la cosecha.

En Dzibilchaltún también se encuentra un parque eco-arqueológico y el Museo del Pueblo Maya, que alberga vestigios mayas y españoles, desde objetos de barro hasta pinturas, armaduras y armas españolas, estelas mayas, así como una máquina de henequén.

El estado de Yucatán se distingue también por sus haciendas, algunas de ellas muy cerca de la capital, la mayoría dedicadas a la producción de henequén, pero con el paso del tiempo se convirtieron en hoteles-boutique.

Prueba de ello, es la Hacienda Santa Rosa, ubicada a 10 minutos del Aeropuerto Internacional de Mérida y a 20 minutos del Centro de la ciudad.

En entrevista con Notimex, Josué Fuentes, gerente de operaciones dijo que la Hacienda Santa Cruz Palomeque, era henequenera, después se convirtió en hacienda porcícola y actualmente funciona como hotel- boutique de 25 habitaciones.

En cuanto a la ocupación de hospedaje, refirió que en los meses de noviembre, diciembre, abril y durante el verano, son cuando más clientes recibe, donde "los huéspedes pueden venir a relajarse como un día de campo, pero con las comunidades del siglo XXI".

La hacienda tiene una extensión de cinco hectáreas, las cuales están aprovechadas, entre cuartos, y amenidades para los huéspedes como una ciclopista, cenote, spa, jardines y explanada para eventos al aire libre.

"Lo más importante son los huéspedes y clientes que se van satisfechos, se llevan la experiencia de cómo era vivir en una hacienda".

Las haciendas más representativas del estado, además de la de Santa Cruz, son: Yaxcopoil, Temozón Sur, San PedroOchil, Xcatun, Teya, Chichén, Misné, Petac, Sac Chich, Sacnicte, San Francisco Tzacalha, San José Pachul, Teya, entre otras.

De acuerdo con la revista Yucatán Today, las haciendas fueron parte de un sistema económico que inició con los españoles en el siglo XVI, similar al sistema feudal de Europa.

Surgieron como granjas y centros de manufacturación que producían carne y otros productos para exportación. Al pasar el tiempo las haciendas se convirtieron en símbolos de salud económico y cultura, adornadas con arquitectura, muebles y artes de todas partes del mundo.

La mayoría de las haciendas yucatecas en el siglo XIX producían soga de henequén, una planta variedad del cactus de agave, la cual era exportado por la creciente industria del transporte.

Sin embargo, con la invención de fibras sintéticas, la mayoría de las haciendas fueron abandonadas y se deterioraron.

Actualmente muchas han sido restauradas y convertidas en confortables hoteles de cinco estrellas, donde la comunidad y elegancia las distingue de los hoteles tradicionales, no sólo de aquí, sino de otros destinos turísticos.

Otras las han convertido en museos y algunas están ocupadas por gente local, cuyos ancestros las reclamaron durante la Revolución Mexicana, mientras que otras permanecen abandonadas.

Los turistas que viajen a Yucatán, no deben omitir una visita a una hacienda, para que conozcan cómo se vivía en los tiempos cuando éstas eran de gran importancia para la economía de la región.

Cortesía

Sus tradiciones

Como una forma de reencontrarse con sus seres queridos, regresando a casa para ser honrados con las ofrendas que sus familias les han preparado, el pueblo maya lleva a cabo el Hanal Pixán o también conocida como "comida de ánimas". En esta tradición especial de los yucatecos, el 31 de octubre la celebración conocida como "U Hanal Palal", está dedicada a los niños difuntos; el 1 de noviembre el "U Hanal Nucúch Unicoob", para los adultos y el 2 de noviembre el "Uttanol Pixanoob" en honor a los fieles difuntos, tanto niños como adultos.

Según las creencias hay ánimas que no tienen familiares o que por algún motivo no les ponen altar. A ellos se les conoce como "ánima sola". A ellos se les coloca un altar pequeño y sencillo en un rincón de la casa con ofrendas de todo tipo. Los altares se colocan con comida, dulces, ofrendas y la pertenencias preferidas de los difuntos. El 3 de noviembre se despide a las ánimas con rezos y ofrendas, con pan dulce, chocolate y mukbil pollo, que son amarrados simulando que son para llevar. En la noche se prenden las veladoras sobre las albarradas (piedras) para iluminar el camino de las ánimas en su retorno al más allá.

En cada región la elaboración y decoración de los altares varía; en Mérida, Yucatán, para la dedicada a los adultos, los elementos que no pueden faltar son: velas blancas y negras; incienso y candelabros de barro; mantel blanco bordado de flores en blanco, negro o morado.

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