Escritor, poeta, crítico, periodista, profesor, dramaturgo y ensayista yucateco, Ermilio Abreu Gómez es recordado sobre todo por ser el autor de Canek, un canto a su natural fascinación por la riqueza cultural y los orígenes maya.
Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1963 y profesor universitario hasta el final de sus días, Ermilio Abreu Gómez falleció el 14 de julio de 1971, hace 47 años, siendo ya considerado un sensible conocedor y humanista, filósofo de la cultura y de los pueblos, imprescindible rescatador de los tesoros olvidados.
Ermilo Abreu nació en Mérida, Yucatán, el 18 de septiembre de 1894, y según destacan varias fuentes, la riqueza cultural de la zona maya, donde existe gran arraigo por las tradiciones y leyendas indígenas, fueron las primeras fuentes de inspiración para la creación artística del joven Ermilio.
La Academia Mexicana de la Lengua señala que fue en la Revista de Mérida donde aparecieron sus primeros cuentos.
Mientras que el portal de escritores de Yucatán recuerda que su primera obra publicada abordó una leyenda maya titulada La Xtabay (1919), que posteriormente montó en escena dirigida al público infantil.
Su incursión en la dramaturgia se caracterizó por estar escrita en un solo acto y abordar temáticas de tipo costumbrista, por ello se le considera iniciador del movimiento del Teatro Regional de Yucatán. De su faceta dramática destacan La Montaña (1918) y El cacique (1925).
Tiempo después emigró a la capital del país donde se tituló como maestro en Letras, en la Escuela Normal Superior de México y comenzó una etapa en la que conjugaba el quehacer literario con el ejercicio periodístico, escribiendo para diarios como El Nacional, Letras de México, El Hijo Pródigo, El Heraldo de México, la Revista de Revistas, El Universal Ilustrado, etcétera.
En un artículo publicado por Elena Poniatowska, la escritora y periodista rememora la pasión que tuvo su amigo Ermilio por la monja jerónima Sor Juana Inés de la Cruz, a la que dedicó todo su pasión e intelecto en la redacción de críticas y obras ensayísticas a partir de 1934.
Las ediciones de Poesías completas de Sor Juana, así como de la Carta atenagórica y la Respuesta a Sor Filotea significaron el redescubrimiento literario de la obra de la poetisa mexica.
También desarrolló trabajos similares sobre Luis de Góngora y Argote, Carlos de Sigüenza y Góngora y del dramaturgo novohispano Juan Ruiz de Alarcón.
Sin embargo, la crítica concede que los temas yucatecos recibieron sus más hermosas letras, resultan memorables Héroes mayas (1942), Quetzalcóatl. Sueño y vigilia (1947), Naufragio de indios (1951) y Leyendas y consejas del antiguo Yucatán (1961).
Por supuesto, destaca Canek (1940) relato sobre la rebelión del indio maya Jacinto Canek que lleva más de 20 ediciones y traducciones al ruso, alemán, inglés, portugués e italiano.
Indudablemente, Canek es uno de los clásicos de la literatura mexicana del movimiento nacionalista, descrito por Poniatowska como “diáfano y misterioso, sencillo, lleno de energía y de profundidad”.