Destaca por su fortaleza, tenacidad y capacidad de hacer frente a la adversidad. (ARCHIVO)
Mensajero de los espíritus, poderoso guerrero y talismán del amor, son algunas de las cualidades que se atribuyen a una de las aves más emblemáticas de México y que destaca por su fortaleza, tenacidad y capacidad de hacer frente a la adversidad.
Este mensajero y guerrero no es otro sino aquel que condujo a la población de Aztlán durante todo su trayecto hasta llegar a asentarse a Tenochtitlán. El colibrí se caracteriza por sus habilidades, su espíritu de combate y supervivencia, cualidades que inspiraron a las antiguas tribus de Mesoamérica, al considerarlo como la representación del mismo Huitzilopochtli.
El especialista de la coordinación del Programa Iniciativa de Conservación de Aves de Norteamérica (NABICI, por sus siglas en inglés), Vicente Rodríguez Contreras, se ha dedicado a investigar a esta ave.
En entrevista con Notimex, el especialista afirmó que el colibrí suele ser de un carácter dominante, y con la fuerza suficiente para volar grandes distancias, así como para mantenerse suspendido en el aire para comer.
Destacó que por lo menos existen 58 especies de esta ave en México, desde las montañas más altas hasta los valles más icónicos como el Valle de México, donde se pueden apreciar hasta 15 especies.
Sin embargo, son los atributos mágicos que prevalecen en el imaginario de la población mexicana, así como el avance de las manchas urbanas los que de alguna manera han ocasionado que por lo menos 18 especies se encuentren hoy en peligro de extinción.
Rodríguez Contreras advirtió que el avance de las manchas urbanas genera el cambio de hábitats, lo que se traduce en menos oportunidades para la sobrevivencia del colibrí.
Al avanzar las ciudades, dijo, muchas zonas naturales con especies de plantas y flores endémicas empiezan a desaparecer, lo que ha generado estrés en la población de este tipo de ave.
A ello se suma además el cambio climático que también genera modificaciones en el hábitat natural de algunas especies, como el de los bosques de niebla y que resulta de las más amenazadas. Destacó que en México existen varios de esos ecosistemas, pero agregó que muchos de ellos se están perdiendo.
Pero por si fuera poco, agregó, entre los factores que atentan contra la vida del colibrí están las creencias de que esta pequeña ave guarda poderes mágicos para el amor, por lo que en el mercado negro prevalece la venta de colibríes disecados “para atraer el amor” o “la buena suerte”.
Rodríguez Contreras explicó que esta creencia es reciente, ya que en la antigüedad al colibrí se le atribuían otras cualidades mágicas “como la de ser mensajero de los espíritus que vienen a visitar a sus familiares”.
En ese sentido, la tradición guaraní señala que al morir, el alma de los difuntos vuela a ocultarse en las flores en espera de un espíritu que lo ayude a llegar a su destino final, y ese espíritu es el colibrí, conocido por los guaraníes como “mainimbú”.
Es por ello que al ver el colibrí, muchos consideran que es un mensajero que está recogiendo almas o que lleva un alma de visita a una casa, de ahí que se le reciba con cariño en muchas casas.
Sin embargo, debido a todos los factores antes mencionados, hoy es cada vez más difícil ver colibríes en las ciudades, por lo que el especialista hizo un llamado para ayudar a crear “oasis” para estas aves, lo cual resulta muy sencillo.
En realidad, explicó, el colibrí tiene que alimentarse constantemente, sin embargo, ante la falta de un jardín de flores grande lo más recomendable es instalar bebederos para colibríes.
Comentó que deben evitarse los famosos endulzantes rojos, ya que en realidad utilizan colorantes que pueden afectar los riñones de estas aves, “sobre todo si tomamos en cuenta del tamaño de los riñones del colibrí y la cantidad de néctar que beben”.
Tampoco es recomendable darles miel de abeja, ya que “no la pueden digerir”, y al final terminan por enfermarse y morir.
Recomendó que lo más eficiente es darles azúcar de caña con agua, en una porción de tres partes de agua por una de azúcar, y cambiar ese néctar por lo menos cada tres días y procurar que esté a la sombra para evitar que se fermente.
En cuanto a la gente que tiene jardines y áreas verdes, los propietarios pueden empezar por establecer los denominados Jardines para Colibríes en donde se cuente con especies de flores ideales para estas aves y que a la vez ayuden a fortalecer su labor de polinizadores.
Entre las flores que más atraen a los colibríes están la monarda o bergamota, la lobelia cardinalis, la salvia, corazón de María, arbusto de las mariposas, bignonia roja, lupines, aquilegia, agapanthus y madreselva, así como flores anuales como la zinnia y la petunia.