El escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa se mostró hoy partidario de que en el arte y la literatura prime la libertad 'más irrestricta', aunque muestren lo peor de la sociedad, a la vez que aseguró que no debe haber más límites a la libertad de expresión que las leyes. (AP)
El escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa se mostró hoy partidario de que en el arte y la literatura prime la libertad "más irrestricta", aunque muestren lo peor de la sociedad, a la vez que aseguró que no debe haber más límites a la libertad de expresión que las leyes.
En una entrevista con Efe en Madrid con motivo de la presentación de su nuevo libro, "La llamada de la Tribu", el premio nobel opinó así sobre la polémica retirada de la feria internacional de arte contemporáneo ARCO, celebrada la pasada semana en la capital española, de la obra "Presos políticos de la España contemporánea", del artista Santiago Sierra.
La decisión de la entidad organizadora, Ifema, fuertemente criticada y por la que acabó pidiendo disculpas, convirtió "en una obra de arte algo que era un puro adefesio", según Vargas Llosa, ya que fue comprada inmediatamente después por un particular afín al independentismo catalán por 80.000 euros.
El escritor, de 81 años, también se refirió al secuestro cautelar por orden judicial, a petición de uno de los protagonistas, del libro "Fariña", obra en la que el periodista español Nacho Carretero profundiza en la historia del narcotráfico en la región española de Galicia (noroeste) en los años ochenta, y que se ha convertido en un éxito de ventas.
"No debe haber otros límites a la libertad de expresión que las leyes y son los tribunales los que deben determinar si hay una infracción de la legalidad, y no los gobiernos", dijo el autor de obras como "La ciudad y los perros" (1963) o "Cinco esquinas" (2016).
"Es un gravísimo error", recalcó el autor, quien también recordó que la función del arte es "sacar los demonios de la jaula y mostrarlos a plena luz" aunque la obra no guste: "En el caso de ARCO fue una especie de provocación, de mal gusto, y prohibirla fue darle una publicidad extraordinaria".
En su nuevo libro, "La llamada de la tribu", Vargas Llosa hace una autobiografía intelectual y política a través de los pensadores que más han influido en él, un libro en defensa del liberalismo y contra "las mentiras y calumnias" que se han tejido entorno a esta corriente de pensamiento.
Uno de estos pensadores es José Ortega y Gasset (1883-1965), del que Vargas Llosa asegura que fue profético al señalar el independentismo como la mayor amenaza para la democracia española.
En opinión del autor hispanoperuano, el nacionalismo catalán ha sido "un monstruo artificialmente fabricado" a través de la educación.
Vargas Llosa participó activamente en los actos a favor de la unidad de España que se desarrollaron en Barcelona (noreste) durante los días posteriores a la frustrada declaración unilateral de independencia de Cataluña, el pasado 27 de octubre.
"Pero de la misma manera que se ha fabricado puede también desvanecerse. Tengo la impresión de que ese proceso ya ha comenzado.
Hay muchos catalanes que se dan cuenta de los estragos que está causando el nacionalismo y que van a volver a la razón y a la sensatez", sostuvo Vargas Llosa, que tiene la esperanza de que ese fenómeno "haya quedado atrás tras la experiencia terrible".
Respecto a la intención de que el expresidente regional catalán Carles Puigdemont fuera candidato a su reelección siendo prófugo de la Justicia española tras su huida a Bélgica, el escritor destacó que "todos los nacionalismos son una fuente de disparates de carácter histórico, sociales, políticos y no hay que esperar una conducta que sea democrática, racional, legal".
"El nacionalismo es la negación de todo eso, parte de una superchería de tipo ideológico de que pertenecer a una tierra determinada supone un valor. Y eso significa racismo disimulado y también violencia, desprecio hacia el que no participa de ese valor y por eso ha llenado de cadáveres y de sangre la Historia", señaló Vargas Llosa que recordó que "la locura hitleriana fue una locura nacionalista".
El escritor se refirió también al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como "la negación del liberalismo": "Un señor que quiere levantar fronteras" y con una política "claramente discriminatoria contra los inmigrantes", dijo.
Un caso de "populismo flagrante" contra el que creía que Estados Unidos estaba vacunado, y que también ocurrió en la democracia arraigada del Reino Unido con el "brexit" o ruptura de ese país con el bloque europeo.
"Eso demuestra que no hay sociedades que estén totalmente vacunadas contra el populismo", indicó.