Figuras como las candidaturas independientes y la consulta popular significarían una apertura de la democracia en México, pero fueron aprobadas a manera de cerrar esta posibilidad al ciudadano, y sólo son accesibles para los partidos políticos. (EL SIGLO DE TORREÓN/FABIOLA P. CANEDO)
Figuras como las candidaturas independientes y la consulta popular significarían una apertura de la democracia en México, pero fueron aprobadas a manera de cerrar esta posibilidad al ciudadano, y sólo son accesibles para los partidos políticos.
"Estamos ante una triste realidad donde no podemos ejercer las figuras de democracia participativa que impulsamos porque es muy difícil, ejercer los derechos es prácticamente imposible", dijo David Muñoz Domínguez, del colectivo #ReformaPolíticaYa, movimiento que impulsó estas figuras, a fin de ofrecer alternativas al ciudadano.
Explicó que la legislación que se hizo en torno a las candidaturas independientes y la consulta popular quedó con umbrales realmente desproporcionados, incluso inalcanzables en algunos estados.
Señaló que desde 2011 se proponía un porcentaje de recopilación de firmas aceptable para las candidaturas independientes en el caso de los aspirantes a la presidencia de la República, que era un 0.13 por ciento de la lista nominal pero quedó el 1 por ciento, de modo que solamente la gente que cuenta con estructuras partidistas logran acceder a esta cantidad de firmas, algo que le costó la candidatura a la indígena Mary Chuy.
"Ese alto porcentaje hace nulatorio el ejercicio del derecho por la vía independiente, sin partido político", expresó, "nuestro espíritu era abrir la democracia pero el sistema se cerró todavía más, nos abrió un poquito pero en realidad cerró la configuración por completo".
En la consulta popular, señaló que desde la promulgación del decreto en agosto de 2012 a la fecha no se ha tenido una sola, pues las que se impulsaron por parte de los partidos políticos en 2015, de la reforma energética, los plurinominales, etc. fueron con firmas que buscaron a través de las estructuras partidistas.
También se impulsó la iniciativa de Ley ciudadana, que ha tenido otro trato, pues quedó con el porcentaje que se proponía, del 0.13 por ciento de la lista nominal, y se han tenido casos de éxito como la Ley 3de3, el internet para todos, etc.
Muñoz Domínguez dijo que para una consulta popular se requieren 1.6 millones de firmas como mínimo, de modo que es muy complejo y está sujeto a la constitucionalidad que emita la Suprema Corte.
Señaló que #ReformaPolíticaYa enfrentó una serie de barreras y obstáculos hace siete años cuando impulsó estas figuras en el Congreso de la Unión. Muñoz Domínguez actualmente impulsa una consulta popular para reformar la Constitución y cambiar el sistema de gobierno actual, a fin de quitar poder al régimen presidencialista y seguir democratizando al país.
"Yo sí le apuesto a usar estas herramientas para seguir cambiando al país", dijo, "necesitamos una ruta alterna, gana un candidato, nos desapegamos de ser partícipes y volvemos a caer en lo mismo, se sigue dejando pendiente lo más importante".