Los encargados de la oficina forense no habían hecho nada y hasta esperaban que alguien llegara a reclamar los cuerpos. (INTERNET)
El cuerpo de Helen Stigall fue encontrado sin vida en un autobús en Kentucky, Estados Unidos, en 1989. Se le identificó y se dictaminó que vivía en la calle. Tras contactar con su familia también se hizo una autopsia y no se concluyó alguna muestra de homicidio.
Pero cuando en 2015 Melissa Neale llegó a trabajar a la oficina forense del condado, el cuerpo de Stigall seguía ahí, 26 años después.
Neale, que dejó su trabajo en la oficina forense en julio de 2017, le dijo al periódico Miami Herald que lo preocupante es que los cuerpos estén ahí tanto tiempo sin que a nadie le importe.
"En este momento puedes dejar los cuerpos en la nevera durante 6 años, 26 años, 13 años, sin importar el tiempo que quieras, y a nadie le importa. No solo me molestó, molestó a mucha gente. No es algo que esté fuera de vista, es un miembro de la familia de alguien, es por eso que me molesta mucho".
Stigall fue enterrada en 2015 y ese mismo año dos fetos encontrados en un cementerio en 2009 también fueron por fin enterrados, gracias a un programa reactivado que toma del gobierno dinero para asegurarse de que los cuerpos de la gente sin dinero puedan encontrar su lugar de descanso.
