A 11 días del terremoto de 7.5 grados y el tsunami posterior que azotó la provincia indonesia de Sulawesi Central, la propagación de enfermedades infecciosas amenaza hoy a los sobrevivientes, mientras que el número de muertos superó los dos mil. Personal de la Cruz Roja en Indonesia y de organizaciones humanitarias reportaron un aumento en el número de casos de diarrea, erupciones cutáneas e infecciones respiratorias en hospitales y albergues de damnificados. Los socorristas consideran que el saneamiento deficiente y el hacinamiento en los refugios podrían convertirse en un “grave problema”.