Se trata de una especie que sigue en riesgo latente y que, de llegar a su extinción, provocaría una cadena de catástrofes naturales. (ARCHIVO)
A pesar de que la población del jaguar en México aumentó 20 por ciento, de acuerdo al Segundo Censo Nacional del Jaguares, se trata de una especie que sigue en riesgo latente y que, de llegar a su extinción, provocaría una cadena de catástrofes naturales que afectaría a la población mundial.
Con 64 mil ejemplares en 18 países, el jaguar es “un depredador tope” al localizarse en la punta de la cadena alimenticia, que igual que cualquier otro carnívoro en esta categoría, su desaparición impulsaría un crecimiento poblacional de animales herbívoros, situación que crearía erosión en estas tierras, comentó la directora y bióloga de Panthera México, Diana Friedeberg.
Esta erosión produciría cambios en los patrones climáticos regionales, que afectarían el clima mundial y abrirían la puerta a que se generen más desastre naturales como huracanes y deslaves. Todo, dijo, se viene abajo porque no hay un balance.
Friedeberg comentó a Notimex, que en los últimos 100 años, en México, se perdieron más del 60 por ciento del hábitat de esta especie, y en América Latina ha llegado a 50 por ciento.
Señaló: “estamos destruyendo el medio ambiente a un paso alarmante, pero todavía estamos a tiempo de salvarlo, estamos en un punto crítico donde si dedicamos varios esfuerzos en su conservación podremos salvarlo”.
El jaguar es el felino más grande del hemisferio occidental y el tercero a nivel mundial, en su mayoría se localiza en Brasil y, a nivel nacional, principalmente se encuentra en la Península de Yucatán y Chiapas.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo considera especie “casi” amenazada, mientras que la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat ) la ubica como especie en peligro de extinción; desde la década de los años 80 su caza está prohibida.
Los principales factores de riesgo para la especie, destacó la especialista, son la destrucción de su hábitat y la transformación de esta áreas naturales en campos de cultivos, zonas ganaderas. También se agregan proyectos de desarrollo humano, como la caza, persecución y tráfico ilegal, entre otros.
La organización no gubernamental Panthera, en sus dos años en México, ha impulsado iniciativas para proteger a este felino. Entre estas se encuentra “el corredor del jaguar”, el cual busca crear caminos que permitan a la poblaciones de este animal de diferentes partes de Latinoamérica, conectarse y reproducirse.
Otra es que el mes de noviembre lo denominan como “el mes del jaguar”, ya que durante esta temporada a través de proyectos artísticos invitan a la población a informarse más acerca de esta especie con diferentes dinámicas, las cuales se pueden consultar en la página www.mesdeljaguar.com
La coordinadora de eventos de Panthera y fotógrafa Verónica Domit, destacó que su labor es también es rescatar todo el simbolismo que el jaguar tiene en la cultura mexicana: “el jaguar es un ícono para México, y de alguna manera nos conecta o todos los mexicanos”.
Diferentes organizaciones no gubernamentales, instituciones e instancias académicas crearon proyectos para la defensa de la especie.