Adelante. Rusia había postulado al actual vicepresidente de la Interpol, Alexander Prokopchuk. (TWITTER)
La Interpol enfrenta un momento crucial _algunos dicen que probablemente sea fatal_ en su historia mientras sus integrantes deciden si entregan la presidencia de la policía internacional a un hombre que representa a la Rusia del presidente Vladimir Putin.
Los críticos del Kremlin temen que puedan enfrentar arrestos a dondequiera que vayan. En tanto, a los gobiernos de Occidente les preocupa que Rusia pueda utilizar el puesto para socavar el estado de derecho.
La Interpol, que elige a un nuevo presidente el miércoles, ha resistido muchos desafíos en sus 95 años. Mientras que Hollywood la ha retratado como una colmena de agentes audaces, en realidad se trata de una organización que a veces se ve enredada en burocracia y en conflictos con intereses geopolíticos. Los nazis tomaron el control de la Interpol en la década de 1930 y los gobiernos autoritarios han intentado utilizarla para cazar a los disidentes fugitivos.
Sin embargo, la avalancha de críticas más reciente surge en un momento excepcional, justo cuando Moscú trata de expandir su influencia a nivel internacional y cuando algunos países están cuestionando si en verdad necesitan organizaciones multilaterales como la Interpol.
La asamblea general elegirá al nuevo presidente de la agencia en una reunión en Dubái, donde el favorito para obtener el puesto es Alexander Prokopchuk, un general del Ministerio del Interior de Rusia que actualmente es vicepresidente de la Interpol.