La constante lucha
De pronto mi cabeza se llenó de dudas cuando la aguja atravesaba mi piel. El corazón palpitaba intensamente, aquellos tabúes con los que crecí pronto se manifestaron. Pasaron varios minutos para saber la respuesta, pero para mí fue como una eternidad. El análisis marcó negativo, pero ¿qué habría sucedido si el resultado fuese diferente?
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es una enfermedad que está llena de estigmas y prejuicios. La desinformación ha provocado que varios lo relacionen con la muerte o el sufrimiento.
Se trata de un microorganismo que ataca al sistema inmune de las personas, debilitándolas y haciéndolas vulnerables ante una serie de infecciones. Se puede transmitir, principalmente, cuando se tiene sexo sin preservativo y no conocemos el estatus de VIH de nuestras parejas sexuales, o al compartir agujas usadas en el consumo de drogas.
¿Un tabú?
Hace años, más de tres décadas con exactitud, el VIH robó la atención de la sociedad al catalogarla como una “epidemia monstruosa” que atacaba únicamente a homosexuales, prostitutas y adictos a las drogas. Incluso hay quienes relacionan a este suceso como una película de terror.
Por años fue un tema del que era mejor no hablar, y con el tiempo fue convirtiéndose en un tabú porque no existía suficiente información sobre este padecimiento. Hoy la realidad es otra, las investigaciones alrededor del virus y la esperanza de vida de las personas con dicha enfermedad son mayores.
Sin embargo, todavía existe gente que tiene miedo de ser juzgada por la sociedad; como consecuencia se ha generado incertidumbre y esta se refleja en las pocas revisiones de salud que se hacen para conocer el estatus de VIH personal.
Hacerse la prueba es una alternativa para librarse de dudas y conocer nuestro estado de salud. Se recomienda hacérsela de manera rutinaria y natural, es decir, lejos de algún prejuicio. Se debe realizar cuando se tienen relaciones sexuales sin protección o se comparten agujas al inyectarse drogas. Estos análisis son importantes porque cuando una persona sabe cuál es su estado de infección, puede protegerse y proteger a los demás.
Se emplean tres tipos de pruebas para diagnosticar al VIH; estas deben ser 100 por ciento confidenciales por parte de la institución médica y su personal.
• Pruebas de anticuerpos. Examinan si existen anticuerpos contra el VIH en la sangre o en las secreciones bucales. Estas defensas combaten la enfermedad que el cuerpo produce en respuesta a la infección. La mayoría de las pruebas rápidas y las pruebas domiciliarias son de este tipo.
• Pruebas de antígenos. Pueden detectar antígenos (una parte del virus) en la sangre.
• Pruebas de ácido nucleico. Examinan la presencia del VIH en el aparato sanguíneo.
Cuando el resultado de una prueba de detección es positivo, se debe realizar una prueba de seguimiento. Un resultado afirmatorio de este otro análisis, confirma que la persona vive con VIH.
¡Respira!
El VIH es tratable, es decir que si te lo han diagnosticado puedes vivir de forma sana y placentera como cualquier otra persona. Eso sí... la atención médica, la actividad física y la salud mental son esenciales durante este proceso.
Es común que cuando una persona se entera que vive con VIH aparezcan múltiples pensamientos negativos en su cabeza… pero esto no simboliza que su vida terminará ahí. En estos tiempos, dicha enfermedad no es sinónimo de muerte; los avances médicos y las investigaciones científicas han logrado erradicar algunos estereotipos.
La mayoría de los pensamientos negativos son resultado de un mal manejo de información. Por ello en este mes, donde conmemoramos la lucha universal del VIH, recopilamos una serie de mitos que tiene la sociedad respecto a él. Es momento de dejar los tabúes a un lado e informarse.
1. “Me voy a morir”. Este pensamiento ha aterrorizado a las personas y es el primero que se debe erradicar. El tratamiento antirretroviral (TAR) ayuda a llevar una vida larga y sana.
2. “No viven muchos años”. De hecho, las personas que viven con VIH están en constante atención médica, lo que aumenta su esperanza de vida porque pueden detectar cualquier enfermedad desde antes.
3. “Será otra vida sexual”. Las relaciones sexuales no terminan para una persona que vive con VIH, pero se deben realizar con protección. Cada quien es responsable de cuidarse a sí mismo, pero además de este padecimiento, existen otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) que se pueden prevenir con el uso adecuado de un preservativo.
4. “SIDA y VIH es lo mismo”. ¡No! El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), es la condición causada por el virus del VIH. El SIDA no mata, pero permite que otra enfermedad lo haga.
5. “Se contrae por saliva”. Ni por saliva, sudor, lágrimas o por mosquitos. Los únicos medios para contraer el VIH es a través de sangre, semen, fluidos vaginales o leche materna.
Tratamiento
El tratamiento antirretroviral (TAR) consiste en el uso de medicamentos contra el VIH. Las personas que lo reciben, además deben tomar otra combinación de medicinas contra dicha infección (que se conoce como régimen contra el VIH) todos los días.
El TAR no cura el VIH, pero ayuda a llevar una vida más larga y sana. Además, reduce el riesgo de su transmisión.
El VIH ataca y destruye una clase de glóbulos blancos (linfocitos o células CD4). La pérdida de células CD4 le dificulta al cuerpo combatir las infecciones y ciertos tipos de cáncer relacionados con el VIH.
Los medicamentos impiden que el virus se reproduzca (se replique), lo que reduce la concentración del VIH en el cuerpo. Al tener menos concentración del VIH en el cuerpo, el sistema inmunitario tiene más posibilidad de recuperarse. ¿Ves que no todo estaba perdido?
¡Date cuenta!
Si estás interesado en realizarte una prueba de VIH pero tus ingresos no te permiten acudir a un hospital o laboratorio privado, puedes acudir al CAPASITS (Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual).
Este lugar es una unidad de salud que proporciona servicios para la prevención y atención especializada de pacientes con VIH e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) de forma ambulatoria. Este tipo de unidades brinda el servicio de prevención y promoción como parte fundamental de sus funciones, además de otorgar apoyo psicológico y de trabajo social tanto a las personas afectadas como a sus familiares. Como parte de estos servicios se encuentra brindar acceso al tratamiento antirretroviral para todas las personas con VIH que no están cubiertos por regímenes de seguridad social.
Sus servicios son gratuitos; algunos de ellos son los siguientes:
• Atención Médica Integral (hombres, mujeres, mujeres embarazadas, niños).
• Medicamentos Antirretrovirales ¡gratuitos!
• Atención Psicológica.
• Enfermería.
• Trabajo social.
• Estudios de laboratorio.
• Talleres de adherencia.
En 1983 se reportó el primer caso de SIDA en México. Desde entonces, el gobierno y la sociedad civil han trabajado de la mano para dar una respuesta al tema del VIH. El CAPASITS es un lugar confidencial, seguro y libre de prejuicios. ¡No estás solo!