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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

El derecho a votar y ser botado

Es probable que usted haya ido a botar o al menos tenga la intención de hacerlo. Sí, me refiero a que usted salga de su casa a botar un balón de futbol como los del Mundial, ya ve usted que la fiebre por este deporte está ahorita a todo lo que da.

¿Pensaba usted que me refería a votar? Esteeee… ¡Por supuesto que sí! Ya se llegó la hora de elegir. Pero bueno, primero hay que ver bien las diferencias entre botar y votar, que a nosotros las palabras son lo que más nos interesa. Botar es arrojar algo, tirarlo al bote… "¡ya bota esos zapatos viejos!", es decir: "ya tíralos al bote de basura". Si vas a botar una pelota, la lanzas contra una superficie dura. Así la botas y al momento de que la bola pega y se regresa, entonces la pelota está rebotando… es decir, botando una vez y luego re-botando… rebotando.

Votar es "dar el voto"… ¡no me diga! Así es… El voto es una expresión de lo que preferimos ante una opción, y ésta - la expresión - puede ser pública o privada. A la marca que le hacemos a las boletas para votar también se le llama voto, porque eso es: la opción que elegimos entre otras que tenemos… aunque ninguna esté muy buena que digamos.

Corríjame si me equivoco, pero me parece que el artículo 35 de nuestra querida y muy respetada Constitución (ajá) dice algo que siempre me ha llamado la atención: el ciudadano tiene el derecho de votar y ser votado. Suena raro, ¿no? ¿Ser votado o botado? Lo que significa es que yo como ciudadano - y usted también - puedo votar por alguien para que me gobierne o bien, pueden otros votar por mí para que los gobierne - ¡Dios me libre! -, o sea, puedo "ser votado" por otros.

Muy diferente sería si aquél al que elegimos para que nos gobierne lo está haciendo "con las patas", entonces, él debería "ser botado", o sea, lanzarlo pa' afuera, tirarlo a la basura… oiga sí, porque no sirve. ¡Claro, se vale soñar! También, son votos las ofrendas que dedican los religiosos a Dios o a algún santo para agradecer algún beneficio recibido; también, son votos las promesas que hace una persona para poder ser convertido en un estado religioso y por eso existen los votos de castidad, de pobreza, de obediencia y algunos otros.

De niños, jugábamos a botar la pelota y cuando nos aburríamos nos poníamos a jugar al "voto". ¿No conoce este juego? Pues es igualito al de "la roña"; el que trae la roña persigue a los demás para tocarlos, nada más que al alcanzar al compañero y tocarlo, le dices: ¡voto!, y ahora él tiene la obligación moral de perseguir a los demás chamacos.

Y antes de que yo sea el "botado", me retiro porque tengo que ir a votar… por alguno… ¿Sabe usted más sobre votos y botes? Escríbame y luego, democráticamente, lo comentamos.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios: [email protected]. Twitter: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA:

Érica Ponce pregunta: "hecho con hache y echo sin hache, ¿cuál es la diferencia?".

LE RESPONDO:

Hecho con H es participio del verbo hacer. Por ejemplo: "Ya el daño está hecho". Echo sin H es acción del verbo echar. "Te echo la culpa de lo que pasó".

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Un jefe debe tener los ojos tan puros como las manos.

 LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA Por: Columna póstuma de Juan Recaredo

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