Dato. Salón Francia estaba en la recepción del Hotel Francia.
Beber una copa es un gusto constante en la mayoría de las ciudades y la región Lagunera no es la excepción.
Recientemente, las ofertas para degustar y compartir un trago de alcohol son variadas en la zona, específicamente en la ciudad de Torreón, donde se han instalado establecimientos de lo más diverso; sin embargo, aún de pie, ya sea físicamente o en la memoria, se encuentran también aquellos sitios donde los primeros parroquianos se reunían para beber.
Según registros e investigaciones del politólogo e historiador Carlos Castañón Cuadros, la cantina más antigua que se conoce en la ciudad era el Salón Francia.
Este Salón se encontraba en la vieja recepción del edificio del Hotel Francia.
El Hotel Francia, señala un texto de Castañón retomado por el Museo Arocena, abrió hacia 1890 e incorporó dentro de sus servicios la cantina que al tiempo se volvió célebre. Ésta tuvo varios dueños en lo sucesivo: Pedro Michou, Julio Doucet, Alfredo León, Ignacio Villalobos, y en su última etapa de cuarenta años, Antonio Zermeño.
Debido a nuevas oportunidades de negocio y diversos problemas de rentabilidad, tal como informó este medio en julio de 2015, el sitio dejó de brindar servicio al público de forma definitiva.
Sobre el hotel que lo albergaba, cabe recordar que el sitio que ahora se ubica entre la avenida Presidente Carranza y calle Ramos Arizpe funcionaba como hostal y luego creció debido al gran flujo de visitantes. Para el año de 1907 el lugar ya ofrecía sus servicios profesionales de hotel, que más tarde ganaría fama por su alta categoría.
El Hotel Francia de Torreón resistió los efectos de cinco tomas revolucionarias durante la primera década del Siglo XX, además de crisis económicas y saqueos constantes. Para la década de 1920, era el lugar de mayor clase y concurrencia entre las clases media alta, siendo esta su época de esplendor.
LA FERIA
Narrar la historia de esta cantina, como lo refiere Manuel Terán Lira en su libro Historia de Torreón, requiere hablar de dos jóvenes: José de la Luz Reyes y Epitacio Morales.
Cuando el primero, recién casado, llegó a la Estación del Torreón en 1889, se encontró con Morales, a quien deseó apoyar ya que éste estaba desempleado.
José se estableció en una esquina del Hotel San Carlos y sugirió a su amigo rentar un terreno desocupado para poner algún comercio en contraesquina de ese lugar.
Hablando con los dueños, lograron su objetivo y levantaron en ese lugar una carpa de lona, como las usadas en las ferias, estableciendo ahí una vendimia de vinos, alcoholes y sotoles.
Por el uso de la carpa, quienes ahí asistían empezaron a conocer el lugar como La Feria, otra de las cantinas históricas que también dieron forma a la ciudad, y que junto con el Salón Francia, se convirtieron en los primeros negocios de este giro establecidos en Torreón.
