El Espíritu le comentó al Creador:
-¡Qué temperatura la de estos últimos días! Voluble, veleidosa, tornadiza, caprichosa.. No hay quién la entienda.
El Señor, pensativo, repitió:
-Voluble. Veleidosa. Tornadiza. Caprichosa. No hay quién la entienda.
Dijo eso, y luego exclamó con entusiasmo:
-¡Qué gran idea acabas de darme!
Fue entonces cuando hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía tomó una de sus costillas.
¡Hasta mañana!...