María fue diagnosticada con esta enfermedad desde 1989. (ESPECIAL)
María José Carrascosa, mujer madrileña de 61 años, amante del arte y de los libros, ha expresado claramente su deseo por “llegar al final cuanto antes”, tras una esclerosis múltiple que poco a poco acaba con su visión, oído y movilidad.
María fue diagnosticada con esta enfermedad desde 1989, por lo que ahora depende completamente de su marido, Ángel Hernández, de 69 años, técnico de audiovisuales de la Asamblea madrileña jubilado anticipadamente para poder cuidar a su pareja.
Ángel, declara para el portal de El País que “lo ideal sería una eutanasia, que se aprobara la ley, pero seguro que en el Congreso habrá alguna iniciativa de la oposición y se retrasa”.
“Con el diagnóstico todavía reciente, la mujer intentó suicidarse. La encontré y la salvé. Hablamos ‘Le dije: no quiero impedirte que decidas tú, pero creo que todavía tienes suficiente calidad de vida”, explica Hernández, con la reacción enseguida de Carrascosa, “Quiero acabar ya”.
La pareja durante años buscó remedios, pero, por falta de apoyos familiares, (no tienen hijos)
sus intentos con la Administración fracasaron.
Su residencia, formada en una habitación dominada por la cama articulada, la grúa que permite levantar a María, colgada de ella para poder asearla y acostarla después. “Ha perdido 100% del equilibrio. Se puede caer incluso cuando está sentada en una silla”, relata Ángel.
Durante el mes de septiembre ella sufrió un brote que le impidió hablar y comer. “Estuvo cuatro días en cuidados intensivos, pero me la traje a casa; le ofrecieron una sedación limitada para que sufriera menos, ella la rechazó diciendo ‘No quiero dormirme, quiero morirme’”.
Hernández admite que han planeado que él le ayude a morir, afirmando que él estaría dispuesto a hacerlo. Pero ella lo ha descartado por miedo a que él incurra en alguna responsabilidad penal.