No confundas el amor
Tener una pareja que te demuestre amor, comprensión y con la cual compartas momentos inolvidables es una de las vivencias que más disfrutan los seres humanos. Es cierto que tenemos una idea de como debería ser una relación amorosa, pero, en algunas ocasiones la situación se torna difícil y a veces hasta traumática, cuando por parte de alguno se ejerce un control sobre la pareja. Es por eso que en esta ocasión hablaremos de las señales de violencia en una relación.
La violencia en el noviazgo se definen como todo ataque intencional de tipo sexual, físico o psicológico, de un miembro de la pareja contra el otro con el objeto de controlar o dominar a la persona.
Regularmente en este tipo de relaciones se tiende a caer en un círculo vicioso del cual es muy difícil salir, puesto que el agresor tiende a estar arrepentido del acto cometido, por esto suele pedir disculpas. Se comporta de manera cariñosa tratando de enmendar el error, alegando que no volverá a pasar o que ella/él lo provocó, aunque luego vuelve a suceder.
En la mayoría de los casos de violencia física tiende a presentarse el maltrato emocional y el maltrato psicológico, pidiendo cambios ya sean físicos o conductuales que al agresor le disgusten; como puede ser el caso de la vestimenta, amistades, forma de ser, entre más. Después pasan al maltrato físico leve que podría ser tirones, jalones de cabello o de los brazos, arañazos, etc. Prosiguen con el maltrato físico moderado, golpes, bofetadas, patadas, etc.
Otra razón para darle importancia al tema es que es en la adolescencia cuando se aprenden las pautas de interacción social que luego son las que rigen en la edad adulta. De aquí que si solo vive relaciones violentas, en un futuro será una conducta natural para ellos.
Las múltiples caras de la agresión
La formas de maltrato se pueden clasificar en cinco categorías: psicológica, emocional, física, económica y sexual.
Psicológica: En este tipo de maltrato las acciones están orientadas a controlar, restringir cosas o vigilar a la otra persona, aislarla socialmente, desvalorizarla, denigrarla, humillarla o hacerla sentir mal consigo misma; hacer que otros se pongan en su contra, acusarla falsamente o culparla por circunstancias negativas.
Emocional: La agresión es de naturaleza verbal o no verbal que generan intencionalmente en la víctima ansiedad, temor o miedo. Suelen presentarse intimidaciones y amenazas, incluyendo las amenazas o los actos de violencia hacia un familiar o algún conocido, a sus bienes o hacia el agresor mismo, en este caso puede presentarse amenazas de suicidio.
Físico: Son los ataques corporales hacia la persona, que produce daño o dolor (golpes, jalones, tirones, patadas, cachetadas,mordidas, pellizcos, intento de estrangulamiento, entre otros).
Económico: Cuando se fuerza a la otra persona a depender económicamente del agresor, no dejándola trabajar o por otros medios; ejercer control sobre los recursos financieros de la víctima o explotarla económicamente.
Sexual: Son actos obligados, no consentidos por la víctima, orientados a satisfacer necesidades o deseos sexuales del o la victimario/a.
Un problema actual
Según la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo. Muchas de las mujeres que son maltratadas durante el matrimonio vivieron violencia en el noviazgo y no la identificaron.
“La violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero, declarada por el 43.2% de las mujeres, le sigue la violencia en la comunidad por el 39.7% de las mujeres; la violencia en el trabajo representa el 29.9% y la escolar 15.6%.
La violencia puede ocurrir en cualquier momento de la relación, desde la primer cita, durante el noviazgo o al llevar varios años de casado; en cualquier momento de la relación implica los mismos aspectos de poder y control que la violencia conyugal.
Lo recomendable es que en los primero indicios de violencia se reconozca que hay problemas en la relación y en caso de seguir con esta acudir con un psicólogo o terapeuta que los ayude a superar los problemas que generan el maltrato y estar consciente de las consecuencias, antes de que ocasione lesiones emocionales, físicas o hasta la muerte.
Por último, la especialista Esperanza Carlos nos dice que “el amor no puede cumplir con todas las exigencias que la vida de pareja presupone, también son fundamentales la inteligencia, la información, la conciencia y la competencia, complementando la satisfacción del individuo. No debes tener una relación violenta, debes tener una pareja complementaria y compartir la vida”.