Cambio. Pedro Sánchez (Der.) caminó, chaqueta en mano, por La Habana Vieja junto al mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel. (EFE)
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, considera que su visita a Cuba ha servido para romper definitivamente el hielo de la relación política bilateral y ahora espera un nuevo paso, la visita el próximo año de los Reyes de España.
Algo más de 24 horas estuvo Sánchez en La Habana para acabar con un largo periodo de 32 años sin que un jefe del Gobierno español lo hiciera con carácter oficial y para protagonizar una intensa agenda durante la que el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, quiso acompañarle en un gesto de deferencia a su invitado.
Si el jueves ambos se reunieron en el Palacio Presidencial, ayer viernes, sin que se hubiera anunciado previamente, Díaz Canel estuvo junto al presidente en un foro empresarial y en un paseo por La Habana Vieja en mangas de camisa, chaqueta en mano y acompañados por sus respectivas esposas.
Son gestos que se suman a las conversaciones que mantuvo Sánchez con él y que en la conferencia de prensa que ofreció en la residencia del embajador español le llevaron a afirmar: "Hemos roto el hielo".