México se impuso en la final 2-1 a Japón en 10 entradas.
La Selección Mexicana Sub-23 de beisbol se coronó campeona de la Copa Mundial al vencer 2-1 en la final a su similar de Japón en un juego cerrado de diez entradas en el estadio Édgar Rentería de la ciudad colombiana de Barranquilla.
Los aztecas desplegaron una fuerte defensiva con la que pudieron neutralizar a los bateadores orientales, quienes hasta la novena entrada no habían anotado ninguna carrera y solamente habían conectado un imparable.
En la décima entrada, debido a la aplicación del "tie break" para desempatar el partido, que hasta ese momento iba 0-0, cada equipo al bate le correspondió ubicar hombres en primera y segunda base.
México aprovechó la situación con un elevado de sacrificio del tercera base Bernardo Heras que llevó a Orlando Piña a la segunda y dejó a Walter Higuera en posición anotadora.
El héroe del juego fue el jardinero central Fabricio Macían, quien conectó sencillo al jardín central para empujar a Higuera y a Piña.
En la parte baja del décimo y con dos corredores en base Japón logró anotar una carrera de Taiga Matsuo, impulsada por Hisanori Yasuda.
Al final el cerrador Erick Casilla logró salvar el juego cuando tenía las bases llenas con dos outs y dominó a Kenji Nashimaki para el último out.