Riesgo. La expectativa de inflación anual supera el 30 %, lo que contrasta con el 15 % de incrementos salariales acordados este año. (EFE)
La Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina anunció ayer que el 25 de septiembre realizará un paro general para protestar por las políticas del gobierno de Mauricio Macri que provocaron una crisis económica que ya impactó en los trabajadores.
Esta será la cuarta huelga nacional organizada por la CGT desde que Macri comenzó a gobernar en diciembre de 2015, pero aún así la central sindical más importante del país suele ser criticada por su cercanía al oficialismo y su tardanza en movilizarse para defender derechos laborales y sociales. Argentina atraviesa una crisis traducida en una recesión que, según el gobierno, implicará una caída del 1.0 por ciento de la economía durante 2018, pero diversos analistas advierten que el desplome puede ser aún mayor.
Este año, además, ya hubo una devaluación superior al 60 por ciento que impactó de inmediato en los precios de bienes y servicios y que, por lo tanto, mermó el poder adquisitivo de la población.
La expectativa de inflación anual supera el 30 por ciento, lo que contrasta con el 15 por ciento de incrementos salariales acordados este año y que ya quedaron por completo desactualizados.
En medio de este escenario, los secretarios generales de la CGT acordaron el paro general del 25 de septiembre en el que también reclamarán por otras políticas como el aumento de más del mil por ciento de las tarifas de agua, electricidad y gas acumulado desde el inicio del gobierno macrista.
"Es un momento muy difícil, muy grave. La gente está enojada. Los dirigentes gremiales no podemos separarnos de la realidad de los trabajadores", afirmó Antonio Caló, miembro de la dirigencia tripartita de la CGT y líder de la Unión Obrera Metalúrgica. "Nos están llevando hacia el iceberg, como al Titanic", ilustró Julio Piumato, secretario general de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación.
