Francisco Javier 'Calita' brilló ante su segundo enemigo, al cual le cortó dos orejas.
El novillero capitalino Francisco Javier "Calita" fue el gran triunfador de la corrida conmemorativa del 50 Aniversario de Chilchota Alimentos, celebrada ayer en la plaza de toros Alberto Balderas, de Ciudad Lerdo.
Ante media plaza, "Calita" cortó 2 orejas ante su segundo toro para proclamarse triunfador y salir a hombros de la plaza lerdense por segunda ocasión consecutiva. El joven rejoneador Joaquín Gallo cortó una oreja, también ante su segundo astado de la tarde, destacando además la presentación del grupo de Forcados de Mazatlán, quienes demostraron su valor y calidad, a pesar de sufrir un percance, regresaron al ruedo para deleitar a los aficionados que les brindaron sonoros aplausos.
Luego de partir plaza que estaba adornada con motivos del medio siglo de Chilchota, entró en escena Joaquín Gallo vestido de charro y montando un palomino, saliendo de la puerta de chiqueros "50 Años", herrado con el número 38, con 420 kilogramos de peso, negro, bragado, de la ganadería de La Concha, encargada de enviar los astados para el rejoneo. Fue un toro distraído, parecía que el primer rejón de castigo le sacaba la bravura, pero estuvo lejos de dar argumentos para el lucimiento del torero, quien debió descender del caballo para matar, retirándose saludando al tercio.
Anuncian a "Lagunero", herrado con el número 11, de 520 kilogramos, negro zaino, enmorrillado, capacho, para Ernesto Javier "Calita", vestido en esmeralda y oro, recibiendo con faroles de rodillas. Breve en su labor con el capote, el picador sufre ante el fortísimo embiste del toro, ya armado con la muleta, "Calita" logra hilvanar pocos pases de pecho, sin lograr calar en el tendido, tiene que dar 2 estocadas para terminar la vida del astado, culminando en silencio su actuación.
"El Ajúa" es el tercer ejemplar de la tarde, número 86, con 450 kilogramos, negro zaino, paliabierto, para Gallo que coloca rejones con maestría y enseguida pone las banderillas montando a pelo, ante palmas sonoras. A centímetros del toro se pasea el equino y la emoción crece en los tendidos, cuando entran los Forcados de Mazatlán y se llevan un duro golpe que inhabilita al forcado de cara, teniendo que ser sustituido para ejecutar la mejor pega de la tarde, lo que les valió atronadora ovación. Gallo introdujo medio rejón de muerte, suficiente para que el toro doblara, recibiendo en premio una oreja.
Cerró plaza "Calita" enfrentando a "El Chimax", número 60, con 500 kilogramos de peso, negro, bragado, cornicorto, también de la casa ganadera Real de Saltillo. Abreviado con capote, el toro derribó al picador, luego de que le colocaran buenos pares de banderillas, fue muy noble embistiendo por el pitón derecho, lo que entendió Ernesto Javier para pasarlo con muletazos cadenciosos en los medios, bajo las estrofas de "De Torreón a Lerdo". Tras sentidos pases de pecho y larguísimos remates, ejecuta la suerte suprema poniendo el estoque justo en la cruz, tocando pelo para que el toro doblara, el juez otorgó una oreja, para ceder ante la petición popular y otorgar la segunda.
