Ha generado temores en Washington de que se deje 'manejar' por el hábil líder de Rusia. (AP)
El presidente de EU, Donald Trump, encara su cumbre de mañana con su homólogo ruso, Vladimir Putin, sin mayor ambición que un deseo de mejorar en términos generales la relación bilateral con Rusia, lo que ha generado temores en Washington de que se deje "manejar" por el hábil líder de Rusia.
Trump llegará hoy a las 21:00 horas (18:00 GMT) a Helsinki, la última parada de una gira europea que ha estado llena de gestos tensos hacia los aliados tradicionales de Washington, y en la que ha evitado definir objetivos claros para su cumbre de mañana con Putin.
"Voy con pocas expectativas. No voy con expectativas altas", dijo Trump en una entrevista emitida hoy por la cadena de televisión estadounidense CBS News.
"Pero creo en tener reuniones con Rusia, China o Corea del Norte. No va a salir nada malo de ello, y quizá salga algo bueno", agregó.
Trump no quiso aclarar cuáles son sus objetivos para la cumbre, la primera formal que mantiene con Putin desde que llegó al poder, y sobre la que dijo esta semana que será una "reunión poco definida" y "sin una agenda muy grande".
El presidente estadounidense solo ha confirmado que los conflictos en Siria y Ucrania estarán sobre la mesa, y que volverá a "preguntar" si Moscú interfirió en las elecciones que le dieron la victoria en 2016, aunque sin insistir demasiado en el tema.
Y el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, confirmó hoy en una entrevista con la cadena ABC que la cumbre estará "desestructurada" y que Washington "no busca resultados concretos".
Esa falta de definición -sumada a las prisas para preparar una cumbre que otros gobiernos estadounidenses solo habrían convocado si hubiera avances tangibles en la relación bilateral- ha hecho que muchos exdiplomáticos estadounidenses especializados en Rusia se lleven las manos a la cabeza.
"Parece que (Trump) piense que la cumbre es simplemente una oportunidad para hacerse la foto" con Putin, dijo a Efe un analista que trabajó durante más de 25 años en temas relacionados con Rusia en el Departamento de Estado de EU Steven Pifer.
"Una cumbre estructurada y preparada como es debido podría ser buena para las relaciones entre EU y Rusia, pero esta cumbre me preocupa mucho, porque no creo que Trump esté dispuesto a hacer los deberes necesarios", añadió Pifer.
El experto, que ahora trabaja en el centro de estudios Brookings, advirtió de que Putin llegará a la cita "muy preparado" y que es posible que "busque formas de poner un par de trampas en las que Trump pueda caer".
"(Trump) es como un boxeador amateur que se enfrenta a Mohamed Alí", opinó otro exdiplomático estadounidense, que pidió el anonimato, en declaraciones a la revista The New Yorker.
Lo que más inquieta en los círculos políticos y académicos de Washington es la reunión que mantendrán a solas Trump y Putin al comienzo de la cumbre, con la única compañía de sus intérpretes.
Se espera que haya una conferencia de prensa de ambos presidentes y una declaración conjunta al término de la cumbre, pero no está claro que ninguno de los temas de la relación bilateral estén lo suficientemente maduros como para producir un acuerdo este lunes.
El único avance sustancial que esperan algunos expertos es un posible acuerdo para renovar durante cinco años más el tratado Nuevo START de reducción de armas nucleares, que expira en febrero de 2021, y que el embajador estadounidense en Rusia, Jon Huntsman, ha confirmado que ambos países quieren extender.
Pero ni eso está garantizado, ya que Trump criticó el año pasado ese acuerdo, y su asesor Bolton también se mostró contrario a ese pacto cuando se firmó en 2010.
El fiscal especial que investiga la interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses de 2016, Robert Mueller, pareció querer influir el pasado viernes en la agenda de la cumbre, al presentar cargos contra doce agentes de inteligencia rusos por el supuesto robo de datos de la campaña de la rival de Trump, Hillary Clinton.
Trump reconoció, en la entrevista difundida hoy por CBS, que "no había pensado" en pedirle a Putin que entregue a Estados Unidos a esos doce agentes, y Bolton afirmó que sería "tonto" hacerlo, porque la Constitución de Rusia "les prohíbe extraditar a ciudadanos rusos".
Todo apunta, por tanto, a que el mandatario estadounidense pasará de puntillas por ese tema que tanto le incomoda, dado que la investigación de Mueller al respecto afecta a varias personas de su entorno.