ILUSTRACIÓN: TOMÁS PALOMARES
"Vestirse de charro es como vestirse de México", dijo alguna ocasión el bardo español Manuel Benítez Carrasco.
Y es que aunque el caballo y su crianza no era conocida en México sino hasta después de la conquista española, fue en el país donde surgió el arte de lo que se conoció como charrería, la cual se profesionalizó en 1880 con la aparición del famoso "Charro Ponciano", que se convirtió, gracias a los corridos, en una leyenda.
En 1894, charros mexicanos presentaron por primera vez su habilidad y destreza fuera del país, en Nueva York, y en 1900 hubo un espectáculo de charrería mexicana en París, Francia.
En 1921 surgió la primera asociación de charros, llamada "La Nacional", en el entonces Distrito Federal, posteriormente nacieron otras en San Luis Potosí y el Estado de México. En 1933 se fundó la Federación Nacional de Charros.
Todo esto llevó a que en 1934, el entonces presidente de la República, General Abelardo L. Rodríguez., instituyera el Día Nacional del Charro en México, para reconocer por decreto a quienes participan el arte de la charrería.
El día elegido para el festejo fue el 14 de septiembre, para que los charros tuvieran su festejo previo a la celebración del Grito de Dolores y de la Independencia.
Además, la charrería fue declarada por el General como el único deporte nacional por sus características y el impacto cultural.
Como dato, cabe referir que actualmente hay mil 500 asociaciones de charros tanto en México como en estados norteamericanos como Texas, Nuevo México, Arizona, Colorado e Illinois, que siguen preservando el arte de la charrería.