Talibanes usaron un camión cargado de explosivos cerca de un complejo en el que se alojan contratistas militares extranjeros. (EFE)
Al menos cinco civiles murieron y otros 50 resultaron heridos ayer tras un atentado talibán en Kabul con un camión cargado de explosivos cerca de un complejo residencial en el que suelen alojarse contratistas militares extranjeros.
"Cinco muertos y 50 heridos, todos ellos civiles, han sido evacuados desde el área a hospitales", informó en un comunicado el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Nasrat Rahimi, que agregó que se trata de cifras iniciales y las víctimas podrían aumentar.
La ONG italiana Emergency detalló en Twitter que en uno de sus centros habían recibido tras el atentado a 26 pacientes, entre ellos "dos niños que llegaron muertos".
Este atentado con un "camión bomba" tuvo lugar hacia las 21.45 hora local (17.15 GMT del lunes) cerca de Green Village, un complejo de alta seguridad en el este de la capital frecuentado por extranjeros, explicó Rahimi.
El potente estallido se escuchó a una decena de kilómetros y causó daños a viviendas situadas en el radio de un kilómetro, reveló el portavoz, que añadió que la explosión desencadenó también una segunda detonación y un incendio en una gasolinera próxima.
Aunque se escucharon disparos, el portavoz aseguró que "no hay atacantes involucrados ni hay atacantes en el área".
El gerente del campamento Green Village, Baryalai Ghafoori, fue más allá y aseguró que no hubo ningún "ataque suicida" contra el complejo y que lo que sucedió fue que "un camión cisterna lleno de gasolina (...) explotó en el medio de la carretera".
La deflagración se produjo "a unos 15 metros de una de las siete puertas y muros de protección" del complejo, remarcó Ghafoori, que advirtió que "una investigación" aclarará cuál era el "destino del camión cisterna", al tiempo que subrayó que Green Village "no era el objetivo".
"No se ha producido ningún daño dentro del campamento, sólo cristales rotos. Nadie en el campamento resultó herido", sentenció el gerente.
Sin embargo, los talibanes dejaron claro que Green Village era el objetivo de un ataque en el que emplearon primero un "vehículo bomba para quitar las barreras de seguridad", lo que permitió la entrada de varios insurgentes suicidas fuertemente armados.