Para estas Fiestas Patrias sugieren aliviar las resacas con electrolitos avalados por la Secretaría de Salud y recomiendan cambiar las bebidas embriagantes por aguas de horchata, jamaica y tamarindo, “ya que el alcohol no debe ser motivo para sentir felicidad”. (ESPECIAL)
Ante el aumento en el consumo de bebidas alcohólicas durante las Fiestas Patrias, expertos se pronuncian por cambiarlas por aguas tradicionales, lo que puede prevenir un accidente automovilístico, una adicción o un daño irreversible al hígado, y en última instancia la muerte.
Al tratarse de la droga más aceptada socialmente, el consumo de alcohol aumenta entre 30 y 40 por ciento durante las Fiestas Patrias en México, lo que puede provocar accidentes, propiciar el consumo regular, incluso generar una adicción que puede llevar a la muerte.
Aunque durante estas fechas se refuerzan estrategias, como el alcoholímetro que detecta los grados permitidos para manejar, una sola copa vino puede acceder al sistema nervioso central, afectar la capacidad de reacción visual y motora, traducido en entorpecimiento y en un accidente automovilístico fatal.
Jonathan Aguirre Valadez, médico internista y gastroenterólogo con especialidad en hepatología, recordó que el consumo de alcohol en México se mantiene con mayor frecuencia en jóvenes y jóvenes adultos, es decir la población económicamente activa.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, cada año en México mueren alrededor de 24 mil personas en accidentes automovilísticos a causa del alcohol, donde la mayoría de las víctimas son jóvenes.
“Entre más alcohol se consuma, más riesgo de tener algún accidente, pero también de generar algún daño orgánico y psicológico”, alertó el también miembro del Consejo de Medicina Interna de la Junta Mexicana de Gastroenterología y de la Junta Mexicana de Hepatología.
Sobre daños al organismo el experto se refiere a afectaciones a órganos como hígado, páncreas, corazón y cerebro, es decir también a nivel neurológico y emocional.
Explicó que cuando el alcohol ingresa al organismo se metaboliza y se convierte en acetaldehído, una sustancia dañina que llega directamente al hígado, donde también puede favorecer la producción de grasa y ante un consumo constante generar “hígado graso alcohólico”.
Aguirre Valadez sostuvo que el consumo de alcohol también está asociado a algunos tipos de cáncer, especialmente a nivel gastrointestinal, sin contar que, así como el cigarro, es factor de riesgo para muchas enfermedades.
El médico internista reconoció que para el tratamiento de las enfermedades asociadas con el alcohol es necesario combinar terapias contra las adicciones, además de incluir medicamentos para detener las afectaciones en el organismo.
Sin embargo, cuando los efectos se encuentran avanzados pueden detectarse daños hepáticos, como la hepatitis aguda, cirrosis o llegar a pancreatitis con alto grado de mortalidad.
“Cuando el daño hepático es muy avanzado y empiezan aparecer complicaciones a causa de la cirrosis hepática, el médico debe valorar si el paciente puede ser candidato a un trasplante de hígado”, dijo y destacó que éstos ya se realizan con éxito tanto en los hospitales públicos como privados.
Hasta 2019 el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) de la Secretaría de Salud reportaba que la lista de espera para recibir un hígado era de 325 pacientes.
Para estas Fiestas Patrias el especialista en hepatología sugirió atender las resacas con electrolitos de etiquetas avaladas por la Secretaría de Salud y Cofepris; además hizo un llamado para cambiar las bebidas embriagantes por aguas de horchata, jamaica y tamarindo, “ya que el alcohol no debe ser motivo para sentir felicidad”.