El francés Arnaud Demare (c) del equipo Groupama-FDJ celebra tras imponerse en la décima etapa del Giro de Italia. (EFE)
El francés Arnaud Demare dominó el sprint final para ganar ayer la décima etapa del Giro de Italia, en el que el italiano Valerio Conti retuvo la camiseta de líder.
Demare, del equipo Groupama-FDJ, superó a Elia Viviani y Rudiger Selig en un pelotón que se desprendió hacia el final de una ruta llana de 145 kilómetros (90 millas) de Ravena a Módena.
"Vinimos al Giro para esto. Yo realmente quería ganar una etapa y lo logré", dijo Demare. "Evité el choque porque como equipo estábamos muy bien posicionados. Estoy muy feliz".
Un choque en el último kilómetro acabó con las esperanzas de Pascal Ackermann de ganar una tercera etapa en este Giro. El alemán terminó la etapa con la camiseta y los pantalones destrozados.
Ackermann pareció chocar ruedas con el ciclista delante de él, lo que provocó su caída y las de otros.
La lesión más severa fue sufrida por Matteo Moschetti, que perdió brevemente el conocimiento. Sus compañeros del equipo Trek-Segafredo y otros ciclistas llamaron a los paramédicos y Moschetti trató de levantarse pero se tuvo que sentar de nuevo.
El ciclista de fue llevado a un hospital. Como el choque ocurrió en los últimos tres kilómetros no hubo concesiones de tiempo. Conti siguió 1 minuto y 50 segundos delante de Primoz Roglic y 2:21 sobre Nans Peters.
"No fue un día difícil, pero como todos vimos, el peligro está siempre a la vuelta de la esquina", dijo Conti. "Por suerte conseguí evitar todos los choques. Fue bien, otro día con la camiseta rosa es razón para orgullo".