Nick Mulvaney, jefe interino de despacho descalificó las acusaciones que vinculan al presidente de Estados Unidos con el ataque de Nueva Zelanda.
El presidente Donald Trump "no es un supremacista blanco" y los intentos de vincularlo con el supuesto perpetrador de una masacre en mezquitas de Nueva Zelanda son "absurdos", dijo ayer un alto funcionario de la Casa Blanca.
Nick Mulvaney, jefe interino de despacho, describió al agresor de Nueva Zelanda como un "individuo perturbado" y una "persona malvada", y dijo que es injusto describir al australiano de 28 años "como simpatizante de Trump, de la misma forma en que lo sería si se examinaran sus pasajes de estilo ecoterrorista en ese manifiesto y se le relacionara con Nancy Pelosi o la señorita Ocasio-Cortez".
"Este era un individuo perturbado, una persona malvada, y al intentar vincularlo con un político estadounidense de cualquier partido probablemente se ignoren algunas de las dificultades más profundas que este tipo de actividades dejan expuestas", dijo Mulvaney.
Sin embargo, el hecho de que Mulvaney saliera en defensa de Trump no logró acallar los llamados, particularmente de demócratas, para que el presidente denuncie el nacionalismo blanco.