El corazón es el centro receptor de las emociones y cuando ocurre una decepción amorosa, se genera tristeza o desgano, entre otros. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Contrario a lo que muchas personas piensan, el enamoramiento no se origina en el corazón, sino en el cerebro que al sentir atracción por una persona produce sustancias químicas (neurotransmisores), capaces de impactar en cada uno de los órganos del cuerpo, a través de diversas sensaciones como hormigueo y sudor en las manos, taquicardia (corazón acelerado) y "mariposas" en el estómago.
Médicos de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social en Torreón revelaron que los neurotransmisores como la dopamina, oxitocina y serotonina, se liberan inconscientemente al enamorarse de alguien y su efecto perdura en función del estímulo que se reciba.
Los especialistas explicaron que los efectos de estos neurotransmisores, pueden llegar a ser tan poderosos que no sólo alteran la conducta, sino que además provocan en el cuerpo una serie de reacciones tanto positivas, como negativas.
El Seguro Social dice que el enamoramiento no cambia, ni se deja de amar a una persona, éste puede durar hasta la vejez, siempre y cuando se estimule el sentimiento de recompensa capaz de producir las sustancias químicas cerebrales que fomenten y permitan continuar la unión de la pareja.