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Gestión del agua desde una perspectiva ecológica

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

En las últimas semanas se ha opinado con frecuencia e intensidad, desde diferentes posiciones, sobre la solución del problema del agua en la Comarca Lagunera. Es un buen indicador que haya muchas propuestas y que se tenga la disposición de contrastarlas para ver coincidencias y en lo posible llegar a concretar una que excluya el conflicto de interés y vea por el beneficio social, económico y ambiental de los habitantes de la región.

El anuncio oficial de la construcción de una gran potabilizadora, desencadenó el proceso de elaboración de propuestas, algunas sólo para apoyar esta alternativa y por lo mismo, se quedaron muy cortas en los tratamientos que proponen para otros impactos como el de la salud de la población que no se resuelve con la instalación de una magna obra, el proceso de envenenamiento sigue su curso debido al consumo de agua con arsénico durante muchos años, y que en todo caso se debería dar seguimiento a través de un plan epidemiológico para atender el problema del hidroarsenicismo. En otros casos, incluyendo la posición oficial, evaden las causas del problema o las minimizan: la sobreexplotación del acuífero principal y la razón económica ligada a esta, son tratadas de forma mezquina sin reconocer su importancia en el otorgamiento de prioridades.

Prácticamente todas las propuestas, salvo la de Encuentro Ciudadano Lagunero, que lo menciona escuetamente, ignoran por completo la importancia que tiene en la solución del problema: la naturaleza, en nuestro caso ecosistemas como la cuenca hidrográfica, los humedales de los Ríos Nazas y Aguanaval, en particular el Cañón de Fernández y El Cañón del Realito respectivamente, los bosques de la Sierra Madre Occidental y de la Sierra y Cañón de Jimulco, y los pastizales naturales.

La idea que se nos ha transmitido con mucho éxito de que el agua es una mercancía, ha obstaculizado nuestros sentidos y no nos damos cuenta de que el agua se vincula con todos los elementos esenciales como la salud, la naturaleza, la alimentación, la industria, la urbanización, entre muchos otros. Sin agua no hay vida, ni salud, ni desarrollo. La base de todos estos beneficios son los ecosistemas. El Dr. Mark Smith, Director del Programa Mundial del Agua de La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés), decía que los ecosistemas sanos y robustos forman la columna vertebral de un futuro sostenible del agua.

"El agua lo es todo", dice el Director General de la UICN, Inger Andersen. "Se estima que anualmente se aportan $ 6.5 billones (de dólares) a la economía mundial por servicios de infraestructura de agua, ¿A que infraestructura se refiere Andersen? Si están pensando en presas, canales o métodos de riego están equivocados, el habla de los humedales, lagos, ríos, agua subterránea. "Estos servicios deben protegerse y fomentarse para garantizar beneficios continuos para las personas y la naturaleza ".

La importancia no está en las presas, acueductos, potabilizadoras, tubos de diferente calibre, la importancia está en el agua y en la salud de los ecosistemas que la producen.

Una nueva perspectiva sobre la gestión y el uso de los recursos hídricos basada en la naturaleza se extiende en todo el mundo. Esta pretende garantizar la seguridad ambiental, social y económica, pero requiere de cambios fundamentales en las actitudes y el comportamiento humano hacia el agua dulce y los ecosistemas relacionados. La seguridad hídrica estaría basada en la gestión integrada del agua a través de un enfoque basado en el ecosistema dentro de las cuencas hidrográficas, incluidas las zonas riparias.

El cambio de actitud y comportamiento de las personas hacia su medio ambiente, siempre será un gran reto. Pero, como están las cosas ahora mismo, pienso que no hay de otra: Si continuamos haciendo mal uso y destruyendo los recursos hídricos y los ecosistemas de los cuales dependen, nosotros y la sociedad a la que pertenecemos, sufriremos la inseguridad social y económica ocasionada por la severa degradación de los ríos y reservas de agua subterránea, y nos enfrentaremos a conflictos cada vez más graves en tiempos de escasez. Si no cambiamos de actitud, seremos unos suicidas ambientales, y acabaremos con cualquier expectativa de las siguientes generaciones.

"Este es un futuro inaceptable. Sin embargo, las experiencias de todo el mundo muestran que hay una alternativa disponible. Sobre la base de prácticas sostenibles conocidas y medidas de conservación, el comportamiento humano se puede cambiar para hacer realidad la visión mundial de la nueva gestión. Esto requerirá que tomemos medidas inmediatas y efectivas". Tenemos que tomar una decisión, y el momento de actuar es ahora.

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