La nueva disposición, que hasta ahora despierta más dudas que certezas sobre su alcance, fue anunciada el domingo en el boletín oficial en medio de una crisis cambiaria y económica que se aceleró luego del triunfo en las primarias de agosto del opositor kirchnerista Alberto Fernández sobre Macri. (ARCHIVO)
Las restricciones a la compra de dólares comenzaron a aplicarse el lunes en Argentina en un intento del presidente Mauricio Macri de frenar la pérdida de reservas y la aceleración de la devaluación y en medio del creciente nerviosismo de los ciudadanos.
Pese a que la medida no contempla límites al acceso a los ahorros en dólares y pesos en las cuentas bancarias, la incertidumbre cundía entre decenas de personas que hacían fila a las puertas de varios bancos de la capital para retirar sus depósitos.
La nueva disposición, que hasta ahora despierta más dudas que certezas sobre su alcance, fue anunciada el domingo en el boletín oficial en medio de una crisis cambiaria y económica que se aceleró luego del triunfo en las primarias de agosto del opositor kirchnerista Alberto Fernández sobre Macri, quien busca su reelección el 27 de octubre. Desde entonces el peso se depreció cerca de 30%.
Esa victoria agitó los fantasmas entre los inversores acerca de que un triunfo en los comicios generales de Fernández -quien va acompañado en la fórmula por la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015)- conlleve la reimplantación de políticas populistas.
El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, admitió a periodistas que las medidas son “incómodas” y de “emergencia para evitar malos mayores y que no aumente la pobreza”, que ya afecta a más de 32% de la población, a partir de una creciente devaluación y la consiguiente escalada de los precios.
Lacunza subrayó que “los ahorros de los argentinos están absolutamente disponibles” y acotó que se busca privilegiar las reservas para que los depósitos estén respaldados, así como garantizar la estabilidad cambiaria durante el periodo electoral.
A partir de ahora y hasta fin de año, los ciudadanos podrán comprar hasta 10,000 dólares por mes y si quieren adquirir un monto mayor tendrán que pedir autorización el Banco Central. En tanto, empresas, bancos y fondos de inversión deberán pedir autorización a la entidad emisora para cualquier compra de divisas.
Por otro lado, el gobierno prohibió a las empresas comprar dólares con fines de atesoramiento y acortó los plazos para que los exportadores liquiden en el mercado local las divisas que obtienen por sus operaciones.
Las medidas son contrarias al ideario predicado por el conservador mandatario y se asemejan, sin llegar a ser tan restrictivas, a los límites que impuso su antecesora, Fernández de Kirchner, durante su segundo mandato. Aquel llamado “cepo cambiario” fue una medida impopular, en especial para la clase media, que se refugia en el dólar para defender su poder adquisitivo.
Según analistas, los anuncios de Macri llevarán al resurgimiento del llamado “dólar blue” que durante la gestión de Fernández de Kirchner cotizaba en un mercado paralelo en el que registraba un valor superior al oficial.
Poco después de que abriera el mercado cambiario, la moneda local se apreció respecto del viernes, cuando cerró a 61 pesos, y cerró a 57 pesos, según el Banco de la Nación Argentina. El ministro Lacunza señaló que la divisa no debería apreciarse en los próximos días.
Sin embargo, Marcelo Trovato, director de la consultora Pronóstico Bursátil, dijo a The Associated Press que "estamos viendo un mercado sumamente acotado por el feriado en Estados Unidos" y que a partir del martes "veremos la verdadera realidad".
Señaló que la restricción para la compra de dólares es una medida cortoplacista que va a producir el efecto contrario de "una corrida bancaria más importante que la actual". Es un "vaso de agua en el desierto" teniendo en cuenta las turbulencias actuales y que "Argentina tuvo ya un crédito sin precedentes con el FMI”, afirmó.
Ciudadanos consultados por AP manifestaron si inquietud. Martin Danziger, quien caminaba frente a un banco en Buenos Aires, dijo a The Associated Press que “hay mucha incertidumbre” y “en la memoria colectiva está el corralito”, aplicado durante la crisis de 2001 y 2002 que impedía el retiro de los ahorros de los bancos.
Martín Tigri señaló, en tanto, que “las medidas llegan tarde o son medidas de manual, que suenan lindo pero el argentino, que si no duerme encima de sus dólares no duerme tranquilo, tiene memoria (de otras crisis) y se pone nervioso”.
Según los anuncios, las transferencias a cuentas de terceros podrán realizarse si son inferiores a 10.000 dólares por mes y sin limitaciones si son entre cuentas de un mismo titular.
Las nuevas disposiciones también contemplan que no se aplicarán tasas sobre las compras con tarjetas de crédito en el extranjero y no se verá afectado el funcionamiento del comercio exterior.
Macri busca afianzar las reservas y aplacar la devaluación, que en Argentina siempre trae aparejado un recalentamiento de los precios. Según economistas, la inflación será superior al 50% este año.
El Fondo Monetario Internacional, que concedió un préstamo por más de 56.000 millones de dólares a Argentina en 2018, señaló la víspera que analizará los detalles de estas nuevas políticas.
El viernes y en medio de una brusca caída en su nivel de reservas por la volatilidad cambiaria y la incertidumbre electoral, el Banco Central prohibió a las entidades financieras distribuir dividendos sin su previa autorización.
Días antes, el gobierno había anunciado la postergación de los pagos de los vencimientos de los títulos públicos a corto plazo y propuso una reestructuración voluntaria con los bonistas, sin quita de capitales e intereses. También anunció que busca renegociar la deuda contraída con el FMI sin quitas.