El mausoleo donde descansaban los restos de uno de los fundadores de Torreón ha sido profanado en distintas ocasiones. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Antes de que se colocara la primera piedra de Torreón, Coyote ya "aullaba", dijo Francisco Meraz Alcocer, cronista del ejido Coyote, de Matamoros, y señaló que desde aquí se llevó a cabo la planeación de la ciudad por parte de Andrés Eppen.
El investigador y académico explicó que Eppen vivía en el casco de la hacienda del Coyote y luego tuvo su casa particular aquí, y fue en este sitio donde empujó el primer plano urbano de Torreón.
Carlos Castañón Cuadros, historiador y director del Archivo Municipal, señaló que la visión de Eppen fue cosmopolita y sumamente social, al imaginar a Torreón con espacios en los que cedió, de manera simbólica, terreno para la Plaza de Armas, para la Iglesia de Guadalupe y el Mercado Juárez.
Los terrenos de Torreón eran propiedad del matrimonio conformado por Leonardo de Zuloaga y Luisa Ibarra, sin embargo, el primero había muerto 19 años atrás. Para pagar las deudas, ella vendió paulatinamente los ranchos que tenían y Eppen, como representante comercial de la empresa Rapp Sommer, compró una parte.
Federico Wulff realizaba obras hidráulicas y de agricultura en la región, por lo que Eppen le asignó el trazo de lo que hoy es el primer cuadro de Torreón.
"Torreón en ese momento era un terreno donde sólo había mezquites y la estación del ferrocarril, y desde su casa, Eppen imagina que puede ser toda una ciudad", comentó Castañón. Eppen había entrado a trabajar a la empresa Rapp Sommer por un conocido, pero finalmente termina siendo socio.
AVE FÉNIX
Andrés Eppen Ascherbornn nació en 1840 en la ciudad de México. Hijo de padres alemanes, se enlistó en el Ejército y luchó a favor de Benito Juárez, así llegó a La Laguna. En Mapimí conoció gente de Lerdo, pues tanto la Ciudad Jardín como San Pedro ya eran poblaciones grandes y Torreón no existía.
"Los agricultores tenían necesidades de trabajo, créditos, gente profesional, Eppen se inicia en empresas agrícolas y en la administración de un rancho en la región, trabajaba en la empresa Rapp Sommer", explicó Castañón.
Meraz señaló que Eppen llegó a Coyote para administrar las haciendas.
El segundo apellido de Eppen, Ascherbornn, significa "nacido de sus cenizas" en alemán, y es una clara referencia al ave fénix. El escudo de esta familia aún se observa sobre la puerta principal de lo que fuera su casa, que aún se conserva en Coyote. Las vigas de madera del techo son originales y las aldabas donde se colocaban los candados de cada una de las habitaciones son réplicas que muestran también la figura de un ave.
Aquí nació la idea de Torreón. El edificio fue la hacienda del Fénix, luego fue clínica, hace 55 años, el centro de salud, por lo que aquí nacieron también miles de laguneros, luego fue la escuela Óscar Flores Tapia, después una maquila. Hoy se utilizan tres aulas para escuela inicial y un salón para reuniones de las damas voluntarias de Cáritas, además de que está aquí la biblioteca pública.
La casa era de dos pisos, hoy sólo se conserva uno, se sostiene en gruesas columnas de adobe. Al fondo de la hacienda se observa una torre, víctima del paso del tiempo y del abandono, en su interior habitan decenas de palomas. Su base es de adobe y la parte superior de ladrillo, con una escalera de caracol en el interior, los escalones de madera están incrustados en las paredes de adobe.
EL AULLIDO DEL COYOTE
Cuando el ejido Coyote ya reportaba actividad económica, en Torreón aún no se colocaba la primera piedra, de ahí que el cronista insiste en que el Coyote ya "aullaba" antes de que esta ciudad naciera. La hacienda original se dividió en cuatro, que luego fueron modificadas a ejidos y pequeñas propiedades, y hoy son las comunidades que lo conforman.
"No hay un decreto como tal de Coyote, no hay una constancia firme, directa, no hay un documento con fecha de cuándo se hizo rancho", comentó Meraz Alcocer. Pero coincidió en que Eppen vino a complementarlo y a dar un impulso mayor a la hacienda.
El investigador ubica en 1785 las primeras señales de que ya había sido formado, esto significaría que tiene más de 200 años, de acuerdo a los registros analizados en Viesca, donde se indica que era un rancho ganadero donde los marqueses de General Cepeda crearon otra estancia, otro espacio de producción.
"Tenían a San Antonio de Padua, hoy San Antonio de las Cabras, y traen a algunos pastores y ganado a Coyote, pero no solamente a comer sino que se convierte en otro lugar de producción, se quedan aquí y ya tienen dos espacios, entonces para diferenciarlos, este era San Antonio de La Laguna", explicó Meraz.
Esto en el marco de la separación en la región lagunera de Coahuila y Durango, cuando se determinó que a partir del río Nazas, así como Parras y la región Sureste serían parte del estado de Coahuila. Para 1800, el libro de registros de defunciones y nacimientos de Viesca ya menciona a Coyote como un asentamiento nutrido de personas.
Existen varias versiones de los campesinos sobre el porqué la comunidad se llama Coyote. La primera se refiere a que frente al cerro se estampa el sol y una sombra que dibuja unas orejas de animal, una figura de un coyote, lo que se reforzó con la presencia de distintas jaurías que rodeaban el sitio.
La segunda habla de que, cuando aún estaba la hacienda del Coyote, los trabajadores mataron a uno de estos animales y lo colgaron en un mezquite, por lo que los arrieros lo usaron como punto de referencia.
La tercera, que se relaciona con las investigaciones de Meraz, tiene que ver con las castas de los indios que vivían en Parras, pues los laguneros irritilas tenían distintos niveles y uno de ellos era la casta coyote. Esta referencia sería la más histórica y se guarda la posibilidad de que de aquí también se pudo tomar el nombre.
Para 1844, el registro de los niños ya indicaba su nacimiento en el rancho o la hacienda del Coyote. Sería hasta 1850 cuando Torreón aparecería como rancho en los primeros registros.
La Iglesia de Coyote fue construida por Andrés Eppen en 1896. La construcción de ladrillo cuenta con un magnífico techo de madera cuyas vigas son las originales, también al fondo se observa una torre baja que de ladrillo que tiene más de 100 años. La zona era conocida como El Campanario porque aquí se encontraba la capilla de la hacienda, por lo que enfrente se edificó la Iglesia.
Cuenta con estructuras similares a torreones, columnas de ladrillo, vitrales, columnas de cantera.
SUEÑO HECHO REALIDAD
Andrés Eppen Ascherbornn murió en Torreón en 1909. La ciudad que imaginó tenía dos años de haber alcanzado este rango y contaba ya con edificios, se combinaba la economía y su visión, que derivaron en un crecimiento acelerado de la región.
"Aquella empresa impensable era una realidad, Eppen tiene mérito porque no tuvo miedo de ver en un eriazo una ciudad, había dinero y la combinación con su visión dio vida a Torreón", explicó Castañón.
Sus restos fueron depositados en un bello mausoleo que se conserva en el panteón de Coyote, frente a la sierra de San Lorenzo y Solís, sin embargo, ha sido profanado en distintas ocasiones, al grado de que las criptas están abiertas, hay suciedad de palomas en todo el interior, los vidrios están rotos e incluso hay un pozo en la cripta.
La tumba sobresale a lo lejos por su cúpula, arriba es una capilla y abajo las criptas. Cuenta con detalles neoclásicos europeos, columnas y la estructura original se mantiene en la generalidad, pero el vandalismo y las profanaciones han afectado la imagen considerablemente, en vez de conservarla como patrimonio de la región.
De los restos de Eppen, se sabe poco. Hay quienes dicen que fueron trasladados a Torreón y otros que desaparecieron, pues en una de las profanaciones incluso se prendió fuego en el interior de la cripta. Pero alcanzó a ver su sueño de Torreón hecho realidad.
"Debió sentirse orgulloso: en Torreón ya se tenía el Banco chino, la Alameda, el Mercado Juárez, la Plaza de Armas, la Iglesia de Guadalupe estaba en construcción, había hoteles como el Salvador, el Princesa, Torreón incluso había sido nombrada ciudad, tal como lo imaginó", comentó Castañón.