El Salón Versalles tiene más de 100 años de haber sido creado y se mantiene el giro de que sea únicamente un espacio para los varones.
Torreón aún no era una ciudad y ya contaba con un centenar de cantinas, algunas de las cuales persisten en la actualidad y son parte de su identidad.
Las cantinas son de los negocios más antiguos en los registros de este municipio, una tradición que ha subsistido al paso de los años, aunque muchas han tenido que modernizarse para adaptarse a las necesidades actuales, especialmente ante la proliferación de antros y bares, que resultan más atractivos para las nuevas generaciones.
Su popularidad se atribuye a que son un refugio del clima soleado y las altas temperaturas, además de un desahogo de la jornada laboral, sin embargo, las cantinas, al inicio, eran centros de discusión política y cultural.
DE LOS PRIMEROS NEGOCIOS
Torreón nace como una ciudad ferrocarrilera y de migrantes, pero la mayor parte de su población es masculina, pues son gente que viene en busca de una oportunidad y que posteriormente traería a sus familias o haría sus familias en la ciudad. En la década de 1880, muchos de los servicios apenas iniciaban, abrían los primeros negocios y uno de los más rentables fueron las cantinas.
"Torreón se creaba con un crecimiento muy abrupto, las cantinas surgen como un negocio muy rentable y funcionan como espacios públicos, ante la ausencia de parques, de lugares de reunión, muchos restaurantes apenas estaban naciendo, entonces los negocios se arreglaban en las cantinas: los comerciantes, los banqueros, los agricultores, los campesinos, de todas clases sociales se reunían ahí", explicó Carlos Castañón Cuadros, historiador y director del Archivo Municipal.
Mucha de la vida cotidiana de Torreón giraría entonces en torno a las cantinas, ante la falta de otros espacios de recreación. Para 1900, la ciudad tenía apenas cinco escuelas pero ya había 100 cantinas en el centro, así era el nivel de importancia y la dimensión que ubicaban en la ciudad.
Torreón era una ciudad festiva y tenía los niveles más altos en consumo de alcohol de todo el estado, para 1910. Era un municipio emergente y ya había superado a la capital, Saltillo, con creces, pues era la ciudad que más generaba impuestos al gobierno estatal por consumo de alcohol y tabaco, explicó el historiador.
"Esto deriva en que haya muchas cantinas de gran tradición como Las Playas, La Ultramarina, El París, El Reforma, El Francia, El Congreso, El Chapultepec, El Guerrillero, un sinnúmero de cantinas para todos los gustos, sabores y bolsillos", comentó Castañón, "prácticamente son parte de la identidad de la ciudad".
COMO ESPACIOS RECREATIVOS
En la época porfirista, las calles de Torreón aún eran de tierra pero ya abundaban las cantinas. En la ciudad, paseaban migrantes europeos, chinos, norteamericanos, que se mezclaban con los mexicanos para ir a tomar una copa. El bar Reforma surgió en 1908, Torreón tenía un año de haber sido elevada al rango de ciudad. Los parroquianos cuentan que en ese entonces se conocía a la región como "la pequeña Europa" y que los meseros en este negocio sabían hablar lo mismo español que inglés, francés o alemán, pues atendían a una gran cantidad de extranjeros.
"Aquí vinieron gente de la farándula, según lo que se cuenta de boca en boca, se alojaban en el hotel Palacio Real y venían por una copa, se dice que aquí estuvo Agustín Lara e incluso María Félix", comentó Antonio Palacios Ramírez, actual administrador. También fue escenario de una película de los hermanos Almada, "Y se hizo justicia", así como de distintos documentales e incluso un video musical.
Los propietarios de la finca ubicada sobre la avenida Matamoros y calle Valdez Carrillo eran de origen español y pasó por distintos dueños, pero actualmente ya pertenece a la cervecería. La actual administración ha buscado conservar la barra de vinos, que es la original. La decoración es tipo western, con puertas de vaivén en los baños y la entrada.
Hace cerca de siete años, se determinó abrir las puertas a las mujeres y el giro de cantina cambió, se adecuaron los espacios y se buscó atraer a parejas que disfrutaran de una copa con música bohemia y tangos, esto en el marco de la inseguridad en Torreón, cuando bajó considerablemente la afluencia de gente en bares, cantinas y las calles en general.
"Aquí es el ambiente para parejas románticas, tanto hay jóvenes como parejas grandes, hay boleros, queremos traer tríos, mariachis", comentó. La barra cuenta con todo tipo de vinos, incluso pulque y sotol, también hay comida. Palacios dijo que "aquí puede oler a todo menos a cantina".
Señaló que hay un proyecto de restauración del edificio para que darle una vista más colonial y acorde al Centro Histórico de la ciudad, pues es punto recurrente de los tours históricos que se realizan en la ciudad, pero pide a las autoridades que rehabiliten las banquetas del primer cuadro, que están en muy mal estado.
CANTINAS
tenía Torreón en el año de 1900, de acuerdo con los documentos históricos
LLEGÓ LA VIOLENCIA
En el 2012, la inseguridad y la violencia replegaron a los laguneros de la vida nocturna, lo que duró más de seis años y llevó a muchos negocios al cierre o a la modificación de sus horarios, para acabar más temprano, esto se presentó tanto en empresas como en sitios nocturnos, lo que afectó la forma de divertirse en la ciudad.
El Gota de Uva, fundado en 1932, estuvo a punto de cerrar durante la violencia. Los parroquianos contaban que aquí, en sus buenos años, llegaron artistas como Juan Gabriel, que se llevó a un numeroso grupo de mariachis para que le acompañaran a cantar en una fiesta, y era una tradición encontrarles en esta esquina, pero la delincuencia les obligó a dejar este espacio para buscar un punto más céntrico al oriente de la ciudad.
A la fecha, permanecen en el crucero de Cuatro Caminos. El bar estuvo completamente solo en los años siguientes, pero en los recientes ha regresado la clientela, por lo que incluso han sacado algunas bancas a la calle para dar el servicio a un mayor número de clientes.
Tras la recuperación paulatina de la vida pública y nocturna en la ciudad, nuevamente se observan en las calles autos nuevos, inversiones pequeñas y grandes, construcciones de hoteles, hospitales y empresas. A la par, surgieron muchos antros y, en este contexto, algunas cantinas, que habían sido lugares masculinos, se abrieron a las mujeres.
"Tenemos cantinas tradicionales en Torreón, de muchos años, como el King City o el Veracruz, que eran espacios hasta olvidados, económicamente pobres, y ahora están a reventar, son cantinas abiertas a mujeres que tienen mucho éxito, tuvieron un segundo aire", explicó Castañón.
También persisten cantinas de toda la vida que han tratado de mantenerse lo más apegadas posible a su versión original, como el Salón Versalles, fundado en 1917, que con la nueva revitalización del sector Cobián, ha resultado muy atractivo para las nuevas generaciones, aún con la vieja tradición de ser exclusivamente para varones.
Originalmente, el giro para permitir el ingreso a mujeres era más costoso, de ahí que muchas cantinas determinaron quedarse sólo con la clientela masculina. En el siglo XIX y los primeros años del siglo XX surgió un negocio muy fuerte de prostitución, que proliferó a tal grado que el gobierno del estado de Coahuila emitió en esas fechas un reglamento de prostitución exclusivo para Torreón.
Las cantinas hoy son tradiciones que tienen un segundo aire y nuevamente compiten por ser un espacio recreativo para las reuniones entre amigos o los solitarios que solo quieren ver un juego de futbol. En este sentido, Palacios señala que los negocios tradicionales ofrecen al lagunero la posibilidad de tomarse una copa, al igual que muchos otros lugares, pero también la oportunidad de conocer más sobre la identidad de la ciudad y su historia.