Despacio. El lento avance a energías limpias puede traer consecuencias sociales, económicas, climáticas y tecnológicas. El potencial se debe aprovechar con políticas más agresivas. (EL UNIVERSAL)
Mientras que México aún padece la fiebre de los hidrocarburos y el nuevo gobierno ha apostado por el petróleo con la construcción de una refinería, la Unión Europea ya lidera una cruzada energética, pues se ha propuesto que para el 2050 se dejen de comercializar los autos de combustión interna.
La transición a las energías renovables del gobierno mexicano es paulatina, pero si para la mitad del siglo no se alcanzan estos parámetros internacionales, podría ocasionar consecuencias económicas, sociales y ambientales en el país.
A pesar del desarrollo tecnológico que se ha generado en los últimos años para producir energías limpias, México sigue aferrado a los combustibles fósiles; 75% de toda la producción nacional de energía eléctrica proviene del gas, carbón y petróleo, mientras que 17% proviene de las renovables, la mayoría por aprovechamiento hidroeléctrico y eólico, y 6% de energías limpias, de acuerdo con el último Reporte de Avances de Energías Limpias 2018 de la Secretaría de Energía.
"Hay un grave retraso, México por su posición geográfica tiene un gran potencial para producir energía solar y eólica. Hace falta una política más agresiva del actual gobierno para cambiar esa situación y que en el futuro no nos quedemos a la deriva" comenta el doctor Juan Tonda, investigador del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para la International Renewable Energy Agency, nuestro país se encuentra en una región privilegiada en cuanto a recursos solares debido a que diariamente recibe un promedio de 5.5 kilovatios hora sobre metro cuadrado (Kwh / m2) de radiación solar; en el noreste del país se alcanza un potencial mayor, hasta 8 Kwh / m2, en primavera y verano.
El territorio mexicano recibe 1.2 mayor radiación solar que China; sin embargo, el país asiático protagoniza el escenario fotovoltaico del mundo.
"México tiene un potencial de energía solar cuatro veces mayor que los Estados Unidos. Con gran bombo y platillo se presume de una planta de 750 Mw en Coahuila. Si tenemos los desiertos de Baja California, Sonora, Coahuila, las mejores regiones para aprovechar la energía solar, ¿por qué no lo estamos haciendo? Además, ya no sólo se trata de la energía con celdas solares, también podemos beneficiarnos con la termosolar que con espejos se aprovecha el calor del sol", apunta el doctor Juan Tonda.
De acuerdo con registros de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE), la capacidad instalada en parques eólicos alcanzó los cuatro mil megawatts (Mw), pero tenemos "un potencial de más de 40 mil Mw. Esta energía es muy barata y no sólo se puede producir en la zona de Oaxaca sino en la mayor parte del litoral", detalla Leopoldo Rodríguez, presidente de la AMDEE.
VIENTO, OPORTUNIDAD Y RETO
En 2015, se publicó la Ley de Transición Energética que establece que para 2024, 35% de la producción de energía nacional debe provenir de energías renovables, aunque los investigadores ven un "rezago en la transición", el sector privado se encuentra optimista de alcanzar la meta.
"Esperamos instalar hasta 3 mil megawatts más de capacidad eólica para 2019 y en el transcurso de esta administración esperamos llegar, aproximadamente, a 12 mil y 15 mil Mw. Aún falta construir todo el andamiaje político y regulatorio para llegar a estos objetivos, tenemos la confianza de que con la nueva administración se podrá lograr", detalla el presidente de la AMDEE.
A la fecha, se han gestado proyectos eólicos en 11 estados del país, la mayoría ubicados en el Istmo de Tehuantepec, pues se consideraba la región más competitiva, pero se han expandido por el noreste (Tamaulipas, Nuevo León) y centro del país (San Luis Potosí, Querétaro).
La AMDEE tiene contemplado abarcar seis estados más en los próximos años.
De acuerdo con Leopoldo Rodríguez, una de las medidas cruciales para instrumentar una mayor producción de energía eólica será el fortalecimiento de "las líneas de transmisión del país, en algunas zonas están muy cerca de su capacidad máxima y necesitamos reforzar y expandir la red. De lo contrario, aunque tengamos más proyectos si no tenemos el vehículo para mover la energía desde donde se genera, no se podrá aprovechar", explica.
"Los proyectos eólicos, por su naturaleza, se instalan en zonas no urbanas y al impulsarlos también se está ayudando a crear fuentes de trabajo y de desarrollo en comunidades desfavorecidas", añade Rodríguez.
AMOR POR LOS HIDROCARBUROS
Uno de los proyectos más importantes de la administración de Andrés Manuel López Obrador será la construcción de una refinería en Dos Bocas, Tabasco.
"Que podamos refinar petróleo y convertirlo en gasolina es una visión de seis años, es no pensar en las futuras generaciones", señala Antonio del Río, director del Instituto de Energías Renovables de la UNAM.
"En el país circulan 40 millones de autos, a corto plazo, es evidente, vamos a necesitar gasolina y lo ideal sería que esa gasolina fuera lo más barata posible y no la tuviéramos que importar como ahora sea hace. Pero también debemos apostar por otras energías y el uso de transporte y autos eléctricos", comenta Juan Tonda.
Según con el Inventario Nacional de Gases Invernadero, difundido por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (2015), México emite 665 mil gigagramos de dióxido de carbono y es el 12 mayor emisor a nivel mundial. El transporte es el sector que más emisiones aporte a nivel nacional con un 26%.
"De no cambiar el rumbo, me preocupa mucho la industria automotriz mexicana que está orientado a la fabricación de autos de combustión. Nuestra industria pueda verse afectada porque ya no va a poder exportar los vehículos de combustión interna porque en otros países se están generando otras dinámicas", apunta del Río.
Los hidrocarburos los podemos utilizar para invertirlos en materiales, comenta el director del IER, utilizarlos de otras formas. Hay que cuidar los hidrocarburos, así lo dijo Andrés Manuel López Obrador, y estoy de acuerdo, pero la forma de cuidar los hidrocarburos es no quemándolos, asegura.
"Vamos a quedar muy atrasados con respecto al resto de la humanidad si seguimos muy dependientes de los hidrocarburos. El petróleo es finito, algún día se van a acabar, las predicciones más optimistas son que durará 150 años pero va a llegar un momento en el que se nos agote. No debemos esperarnos y realmente tener una política agresiva para transitar las energías renovables, puntualiza el investigador Juan Tonda.